Los manifestantes han prendido fuego a decenas de vehículos y han asaltado comercios del centro de París Al menos 110 personas han resultado heridas y 287 personas han sido arrestadas en París durante las violentísimas protestas que han sacudido la capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las protestas del colectivo de los "chalecos amarillos", en el que "grupos de alborotadores" infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado enfrentamientos contra la Policía. Entre los heridos hay 17 policías, según la Policía de París y el primer ministro francés, Edouard Philippe. "Estamos comprometidos con el diálogo, pero también con el respeto a la ley. Estoy francamente sorprendido por estos ataques a los símbolos de Francia", ha declarado. El presidente francés, Emmanuel Macron, que se encuentra en Argentina con motivo de la cumbre del G20, ya ha convocado una reunión de emergencia para este domingo. El Ministerio del Interior ha responsabilizado a "grupos violentos" de los incidentes y ha asegurado que el Gobierno está "en proceso de restaurar el orden". El secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, ha señalado en concreto a "personas con casco, armados y hostiles a la Policía, a nuestras instituciones, a los símbolos de la República". También la ministra de Sanidad, Agnes Buzyn, ha condenado esta violencia. "Me gustaría escuchar a los 'chalecos amarillos' decir que la manifestación ha sido secuestrada por grupos extremistas y que no pueden aceptarlo", ha afirmado en la televisión BFM. Buzyn ha instado a los manifestantes a organizarse para poder abrir un diálogo. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo ha declarado "una profunda indignación y una gran tristeza por la violencia en el corazón de París". "Son actos inaceptables", ha hecho saber Hidalgo en Twitter. "Nuestro país se enfrenta a una gran crisis. Solo se puede resolver a través del diálogo. Debemos encontrar esta manera tan pronto como sea posible", ha agregado. Otros cargos públicos han sido más alarmistas, como la concejala del octavo distrito de París, Jeanne d'Hauteserre, quien ha denunciado un "estado de insurrección". "Nunca había visto algo así", ha señalado. La violencia de las manifestaciones de hoy ha llevado incluso a algunos representantes del movimiento a condenar el comportamiento de los asistentes. "¿Qué mensaje queremos transmitir los chalecos amarillos hoy? ¿Que prendamos fuego a Francia o encontramos soluciones? Esta violencia es absurda", ha declarado a la televisión BFM Jacline Mouraud, una destacada activista dentro del movimiento. TOMA DE LOS CAMPOS ELÍSEOS A primera hora de la mañana de este sábado, en torno a 5.500 personas comenzaron a rodear el control de seguridad establecido en torno a los Campos Elíseos de París, en el prolegómeno de diversas marchas que han congregado, por tercer fin de semana consecutivo, a más de 75.000 personas en diversos puntos de Francia para protestar por la subida de los carburantes impuesta por el Gobierno francés como parte de su plan futuro de eficiencia energética. Los enfrentamientos comenzaron en torno a las 9.30 cuando los manifestantes saltaron los controles y se congregaron en la plaza Charles de Gaulle, que rodea el Arco del Triunfo, para cantar el himno francés, La Marsellesa, y exigir la dimisión del presidente del Gobierno, Emmanuel Macron. El Ministerio del Interior ha acusado a "alborotadores" entremezclados con los "chalecos amarillos" de incendiar parte de los almacenes Grands Boulevards, una sucursal bancaria de LCL y varios negocios, entre ellos una agencia inmobiliaria. Asimismo, los disturbios han llevado a la evacuación de las conocidas galerías comerciales Lafayette, así como una perfumería de Chanel, en el bulevar Haussman, uno de los núcleos turísticos de la capital, donde se han producido varios saqueos. Casi una decena de vehículos están incendiados en la avenida Kléber. Varios edificios han sido incendiados durante los disturbios y hay graves daños al mobiliario urbano como marquesinas de autobús o señales de tráfico. Además se han levantado barricadas y dos sindicatos policiales denuncian la sustracción de un fusil de asalto G-36 de un vehículo policial en el centro de la ciudad. Más tarde ha sido incendiado un coche patrulla de la Policía. En cuanto a la red de Metro, la televisión BFM TV informa de al menos 19 estaciones cerradas, incluidas Etoile, Campos Elíseos, Ópera y Bastilla. LA OPOSICIÓN CULPA AL GOBIERNO Mientras, la oposición ha responsabilizado al Gobierno del presidente Macron de la situación, como la líder de la ultraderechista Unión Nacional, Marine Le Pen, quien ha denunciado que Macron ha permitido una escalada y ha emplazado al presidente a recibir a los dirigentes de los partidos de la oposición a su vuelta de Buenos Aires. El partido conservador Los Republicanos ha insistido en la necesidad de un referéndum sobre la subida de los combustibles, causa desencadenante de las protestas. "Condeno enérgicamente esta espiral de violencia en la que han colocado al país el presidente de la República y el del Gobierno (...) por su falta de escucha, ha apuntado el presidente de Los Republicanos, Laurent Wauquiez. El líder de Debout France, Nicolas Dupont-Aignan, ha acusado al Gobierno de "desacreditar sistemáticamente a un movimiento popular" permitiendo estos disturbios. "El gobierno ha organizado la violencia todos los sábados. Sería suficiente con evitar que los alborotadores llegaran a los Campos Elíseos", ha argumentado, al tiempo que ha pedido la dimisión del ministro del Interior, Christophe Castaner, al que ha calificado de "incapaz" y "manipulador". El líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, ha criticado al Gobierno por "jugar con el miedo". "El Gobierno quiere un incidente serio para jugar con el miedo", ha señalado mientras criticaba la "increíble persecución a los manifestantes pacíficos el la plaza de la Estrella".