RANGÚN 24 Oct. (Reuters/EP) -
Alrededor de 2.000 personas pertenecientes a la etnia rohingya en Birmania han sido expulsadas de sus hogares en el estado de Rakhine por el Ejército birmano, y tendrán que dormir este lunes por segunda noche consecutiva al raso en campos de arroz, como consecuencia de una campaña gubernamental que pretende acabar con los ataques de los rebeldes en la región contra puestos fronterizos.
De acuerdo con cuatro miembros de la comunidad rohingya que han contactado a la agencia de noticia Reuters este lunes, varias decenas de militares se presentaron en la aldea de Kyee Kan Pyin este domingo y ordenaron a sus 2.000 habitantes que abandonaran sus hogares, sin apenas tiempo para poder recoger sus pertenencias.
En los últimos meses se ha producido una grave escalada de violencia en el estado de Rakhine, donde vive la mayor parte de la comunidad musulmana rohingya, una etnia despreciada y discriminada por la inmensa mayoría de la población birmana, que es budista. En 2012, el conflicto en la región, localizada en el noroeste del país, provocó la muerte de cientos de personas y dejó tras de sí miles de desplazados internos.
El Gobierno birmano, liderado por la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, ha declarado que la Policía y el Ejército en Rakhine están luchando contra un grupo de al menos 400 insurgentes, procedentes de la comunidad rohingya y con vínculos con organizaciones terroristas islamistas extranjeras.
Mientras que el Ejército alega que ha estado llevando en todo momento ofensivas concretas contra el grupo terrorista responsable del ataque contra un puesto de control del pasado 9 de octubre, los habitantes rohingya de la zona acusan a las fuerzas de seguridad de matar de forma indiscriminada a civiles y de quemar viviendas.
"Fui expulsado de mi casa ayer por la tarde, y ahora vivo en un arrozal a las afueras de mi aldea con otras 200 personas, me he convertido en un sin techo", ha contado uno de los hombres rohingya que se han puesto en contacto con Reuters este lunes. "Después de que los soldados llegaran al pueblo, nos dijeron que si no nos íbamos, nos dispararían", ha explicado.
De acuerdo con varios líderes de la comunidad rohingya en el área, alrededor de 2.000 personas han sido expulsadas de sus hogares durante la jornada del domingo. Algunos han podido encontrar refugio en los poblados vecinos, pero cientos de ellos han tenido que pasar la noche escondidos en los campos de arroz. No tienen dónde ir y este lunes se enfrentan a su segunda noche al raso.
Mynt Kyaw, un portavoz del Gobierno birmano, ha explicado que no ha podido contactar a nadie en el área porque es una "zona roja", lo que significa que está bajo la autoridad del Ejército. "Un hombre musulmán me ha llamado esta mañana y me ha dicho que están siendo forzados a abandonar sus hogares, pero no he sido capaz de confirmar esta información", ha dicho Kyaw.
Varios vídeos publicados en las redes sociales por activistas rohingya muestran a cientos de personas huyendo de sus hogares con mochilas y sacos a la espalda, algunos de ellos de camino a otras aldeas y muchos otros parados en campos de arroz.
La zona alrededor de la localidad de Maungdaw, donde se encuentra el poblado de Kyee Kan Pyin, se encuentra bajo bloqueo por parte del Gobierno y tanto los periodistas como los trabajadores humanitarios tienen prohibida la entrada.