ESTAMBUL, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
Al menos 30 personas han muerto y alrededor de un centenar han resultado heridos por un atentado contra un grupo de voluntarios turcos que pretendían viajar a Kobani, en Siria, para participar en la reconstrucción de la ciudad. El atentado ha sido perpetrado en la localidad de Suruç, provincia de Sanliurfa, cerca de la frontera con Siria.
"Estamos preocupados por la posibilidad de que el número de muertos aumente. Los autores serán encontrados y serán llevados a juicio", ha afirmado el Ministerio del Interior. Según la cadena turca NTV, el ataque ha dejado un centenar de personas heridas.
El diario 'Hurriyet', que ha confirmado el balance de víctimas, ha explicado que hay "especulaciones" que apuntan a que el ataque habría sido obra de una terrorista suicida de 18 años perteneciente a Estado Islámico.
El centro atacado está gestionado por el Ayuntamiento de Suruç, controlado por el Partido Democrático Popular, y suele acoger visitas de periodistas y de voluntarios que trabajan con refugiados procedentes de la ciudad siria de Kobani, que enlaza con Turquía a través de Suruç.
El atentado ha alcanzado a un grupo de unos 300 miembros de la Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas (SGDF) que estaban reunidos en el Centro Cultural Amara para preparar una expedición para ayudar a reconstruir Kobani, una localidad objetivo en los últimos meses de ofensivas de Estado Islámico.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado desde Nicosia la "brutalidad" de Suruç, de la que no ha querido responsabilizar a ningún colectivo. "El terror no tiene religión, no tiene país, no tiene raza", ha dicho durante una rueda de prensa junto al líder turcochipriota.
La guerrilla Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), sin embargo, sí ha señalado al Gobierno como responsable indirecto de lo ocurrido. En este sentido, ha asegurado que las autoridades --con las que la guerrilla mantiene un diálogo de paz-- han "apoyado y cultivado" a Estado Islámico como contrapeso al auge kurdo.
UNA "GRAN MASACRE"
Kadir Ergün, un testigo del ataque, ha explicado a la cadena CNN Turk que se encontraba a unos 100 metros del lugar de la deflagración. "Es difícil describirlo con palabras. Se necesitan urgentemente donaciones de sangre. El pueblo de Suruç está llamado a donar sangre", ha señalado.
"Ha sido Daesh. No se quedará en Suruç. Podríamos acabar como Siria muy pronto", ha afirmado el diputado del gubernamental Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), Muhsin Kizilkaya. "Es una gran masacre. La probabilidad de que sea un terrorista suicida es muy alta", ha afirmado la diputada del HDP Leyla Güven, en declaraciones a la cadena Habertürk.
Kobani, situada en la frontera con Turquía, es la principal ciudad kurda del norte de Siria y en los últimos meses ha sido escenario de violentos combates entre el Estado Islámico y las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, que finalmente han logrado expulsar a los yihadistas con la ayuda de los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
La SGDF anunció que entre el 19 y el 24 de julio un grupo de voluntarios viajarían a Kobani para participar en la limpieza y reconstrucción de la ciudad. En concreto, habían proyectado la construcción de una biblioteca y la reconstrucción de un museo levantado por Rifat Horoz, uno de los milicianos de las YPG caídos en la batalla de Kobani.
Además, los voluntarios querían colaborar en hospitales, un parque infantil y plantar un bosque en recuerdo a los caídos en combate, todo ello en el marco de la campaña "Defendimos juntos Kobani, construimos juntos Kobani".