MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Al menos 390 integrantes de la milicia Kamuina Nsapu han muerto en la operación lanzada por el Ejército de República Democrática del Congo (RDC) para restablecer el orden en la región de Kasai, en el sur del país, el pasado mes de marzo, según ha informado el lunes el portavoz militar, el general Léon-Richard Kasonga.
Según el portavoz del Ejército, durante la operación para restaurar la autoridad del Estado en las provincias de Kasai, Kasai Central y Kasai Oriental, escenario desde el verano pasado de la insurgencia de esta milicia, también han muerto 39 militares y 85 policías. Además, según Kasonga, hay nueve militares desaparecidos y 26 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.
En el marco de las operaciones de las fuerzas gubernamentales, otros 245 milicianos de Kamuina Nsapu se han entregado, entre ellos 54 menores, mientras que otros 160 milicianos han sido capturados, ha precisado el portavoz, citado por Radio Okapi.
Así las cosas, el portavoz del Ejército congoleño ha invitado a los líderes comunitarios y religiosos de la región a que convenzan a los insurgentes de que depongan las armas. "Todavía hay tiempo porque no tienen la capacidad de resistir" a las fuerzas gubernamentales, ha subrayado.
"Si no deponen las armas, iremos a buscarles allí donde se encuentren", ha prometido el portavoz del Ejército, subrayando que "el lugar de los niños es la escuela", en referencia al uso de menores combatientes por parte de Kamuina Nsapu.
La violencia en la región de Kasai, una de las más pobres del país, comenzó en agosto. Kamuina Nsapu, que había heredado el puesto de jefe local a la muerte de su padre, creó su propia milicia para enfrentarse al Gobierno ante el rechazo de las autoridades a reconocer su poder sobre la zona de Dibaya.
Aunque su líder murió ese mismo mes en un enfrentamiento con la Policía, la milicia ha seguido actuando, atacando principalmente los símbolos del Estado, especialmente las fuerzas de seguridad, si bien la ONU ha constatado un creciente número de ataques contra civiles, al tiempo que la respuesta de las fuerzas de seguridad también ha tenido como víctimas en ocasiones a la población civil.
Según los últimos datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el conflicto ha ocasionado ya 1,2 millones de desplazados, de los cuales 100.000 se produjeron solo en la primera semana de mayo. De media, unos 8.000 civiles se ven obligados a abandonar a diario sus hogares por las acciones de los milicianos y las fuerzas de seguridad.