MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 75.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en la ciudad somalí de Galkayo, en el centro del país, por los violentos enfrentamientos entre las fuerzas militares de Puntlandia y de Galmudug, ambas regiones autónomas de Somalia.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha denunciado en un informe la alta cifra de desplazados, el 80 por ciento de ellos mujeres, menores y ancianos, aunque advierte de que "la cifra podría ser mayor, ya que hay gente que sigue huyendo de la violencia".
El informe de la OCHA recuerda que los combates estallaron el 22 de octubre, cuando murieron 6 personas y 21 resultaron heridas, según el balance de las autoridades locales. Este lunes, 24 de octubre, volvieron a repetirse los combates. "En torno al 20 por ciento de las víctimas son civiles, muchos de ellos debido a balas perdidas", señala el organismo de la ONU.
Galkayo es la capital de la región de Mudug, pero se encuentra dividida entre las milicias clánicas leales a las regiones de Puntlandia y Galmudug. Un estallido de violencia muy similar ya se produjo en 2015 y tras la consecución de un alto el fuego se recomendó estudiar las causas profundas de lo ocurrido y evitar que se reprodujera. Sin embargo, "no se produjo la reunión del comité conjunto pactado", reprocha la OCHA, que reconoce en cambio la intervención del Gobierno federal somalí para frenar los combates.
Los combates de este fin de semana han tenido una especial incidencia en los campamentos improvisados levantados para acoger a los desplazados internos y que albergaban a unos 20.000 individuos. Así, se han vaciado los trece campamentos levantados al sur de Galkayo y ocho más en el norte de la ciudad. "En total, unas 40.000 personas desplazadas se han vuelto a ver obligadas a huir", según la OCHA.
Para entender las dimensiones de lo ocurrido hay que tener en cuenta que en Galkayo vivían unas 270.000 personas y que las organizaciones humanitarias han contabilizado al menos 75.000 desplazados.
La violencia ha provocado el cierre inmediato de los colegios y que más de 20.000 menores se queden sin clase, la paralización casi total de la actividad humanitaria por motivos de seguridad y la interrupción de la actividad comercial, sustento de gran parte de la población. Además, los desplazados son los más vulnerables ante la llegada de la estación de lluvias, que suele provocar inundaciones en la región.
A pesar de todo, la OCHA recuerda que hay tres agencias de la ONU, 14 ONG internacionales y 27 ONG somalíes trabajando para atender las necesidades de la población: reparten agua potable, pastillas de potabilización, kits de higiene y atención sanitaria entre los desplazados.