DIYARBAKIR 12 Abr. (Reuters/EP) -
Al menos dos militares han muerto y unos 50 han resultado heridos en un ataque con coche bomba perpetrado en la noche del lunes al martes por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) contra una base de la Gendarmería turca en la localidad de Hani, en el sureste de Turquía, según han informado fuentes de los servicios de seguridad.
Un vehículo de grandes dimensiones cargado con explosivos ha irrumpido en la base y ha chocado contra la zona en la que residen los familiares del personal de seguridad, destrozando ventanas y el tejado del edificio.
Este tipo de ataques contra bases de las fuerzas de seguridad en el sureste del país se han vuelto más frecuentes en los últimos meses por el aumento de la tensión entre los milicianos del PKK y las fuerzas de seguridad gubernamentales. Varios testigos han dicho que los vehículos, las viviendas y las tiendas próximas al lugar de la explosión también han sufrido daños.
Fuentes de los servicios de seguridad han asegurado a Reuters que la deflagración ha acabado con la vida de dos militares y ha dejado cerca de 50 heridos. En un comunicado, las Fuerzas Armadas turcas han dicho que ha muerto al menos un militar y que hay otros 47 heridos. Seis de los civiles heridos son familiares de militares.
Tras el ataque, la Gendarmería turca y las fuerzas especiales han lanzado una operación especial con apoyo aéreo en la localidad de Hani y sus alrededores, al norte de Diyarbakir, la capital provincial y la mayor ciudad del sureste de Turquía.
Este martes, la bandera de Turquía ha vuelto a ser izada en el extremo de la base. Desde que el Gobierno y el PKK pusieron fin al alto el fuego y las conversaciones de paz el pasado verano, miles de milicianos y cientos de militares y civiles han muerto en enfrentamientos y ataques.
El Gobierno turco se ha negado a volver a la mesa de negociaciones y se ha comprometido a acabar con el PKK, una organización considerada terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y las autoridades de Ankara.
Las Fuerzas Armadas han asegurado que unos 30 milicianos kurdos murieron el lunes en enfrentamientos en cuatro localidades del sureste del país, próximas a las fronteras con Siria, Irak e Irán. Más de 40.000 personas han muerto en el conflicto desde que el PKK tomó las armas en 1984.