MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El balance de muertos a causa de la explosión este jueves de un coche bomba en un mercado de la localidad siria de Afrin (noroeste), controlada por grupos rebeldes apoyados por Turquía, ha ascendido a diez, según ha indicado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El organismo, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha indicado que el ataque, cuya autoría no ha sido reclamada por el momento, se ha saldado además con al menos 30 heridos.
Los vídeos difundidos en redes sociales muestran los daños provocados por la explosión en el mercado, si bien no ha podido ser verificada su autenticidad.
Las Fuerzas Armadas turcas ayudaron a los grupos rebeldes sirios aliados a hacerse con la localidad de Afrin, una ciudad de mayoría kurda que hasta marzo de 2018 estuvo controlada por los milicianos kurdos sirios de las Unidades de Protección Popular (YPG).
El Observatorio ha informado, además, acerca de otras tres explosiones en zonas controladas por los rebeldes apoyados por Ankara en el norte de Siria, ataques que se han saldado con un número indeterminado de víctimas.
En las últimas semanas, las Fuerzas Armadas turcas han estado tratando de establecer una zona segura en el norte de Siria expulsando de la región a los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
En anteriores ocasiones se han registrado atentados con coches bomba en zonas civiles con mayoría de población árabe cerca de la frontera con Turquía, en lugares dominados por los rebeldes respaldados por las autoridades de Ankara.
Turquía puso en marcha el 9 de octubre su ofensiva 'Manantial de Paz' en el noreste de Siria para expulsar a los milicianos de las FDS y crear una 'zona segura' en la que reubicar a cientos de miles de refugiados sirios que ahora están en territorio turco.
Una semana después, Ankara y Washington pactaron una tregua de cinco días en la ofensiva para que las fuerzas kurdas sirias se retiraran, que fue prorrogada en virtud del pacto sellado en Sochi el 22 de octubre entre los presidentes ruso y turco, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan.
Este último acuerdo prevé el despliegue de policías militares rusos y soldados sirios en el noreste de Siria, pero fuera del área en la que opera Turquía, que reclama una 'zona segura' de 32 kilómetros de profundidad en su frontera con el país árabe.