Dos policías iraníes han muerto como consecuencia de un ataque suicida con explosivos ocurrido este sábado contra una comisaría de la ciudad de Zahedán, que fue en su momento uno de los epicentros de las recientes protestas multitudinarias contra el Gobierno de la república islámica.
El ataque ha sido protagonizado por un grupo de hombres armados, entre ellos dos individuos equipados con cinturones explosivos que hicieron estallar a la entrada de la comisaría número 16 de la ciudad, en la provincia de Sistán y Baluchistán, según informa la agencia oficial de noticias iraní IRNA.
En un comunicado posterior, la Guardia Revolucionaria iraní ha anunciado la muerte de los cuatro integrantes del "grupo terrorista" que atacó la instalación policial.
En el contexto de Sistán y Baluchistán, las autoridades iraníes emplean habitualmente esta denominación para referirse al llamado Ejército de la Justicia (Jaish ul Adl), un movimiento separatista suní al que Teherán vincula con la red yihadista Al Qaeda e imputa la muerte de 27 integrantes de la Guardia Revolucionaria en un atentado ocurrido en febrero de 2019 precisamente en una carretera cercana a Zahedán.
La ciudad, de mayoría suní, fue escenario el año pasado de violentas protestas desencadenadas primero por la violación de una niña baluchí de 15 años a manos de un jefe de Policía y después por la muerte de la joven kurda-iraní Mahsa Amini en septiembre, bajo custodia policial por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.
El peor momento de las protestas en Zahedán ocurrió el llamado Viernes Sangriento, el 30 de septiembre, cuando según la ONG Iran Human Rights la represión de las fuerzas de seguridad dejó más de 90 muertos en la ciudad. Ese día, unas 150 personas lanzaron una protesta precisamente contra la comisaría 16 de la ciudad, próxima a una mezquita, en memoria de la adolescente violada.