MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos quince personas han muerto este fin de semana como consecuencia de ataques armados en tres localidades del distrito de Nangade, en la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado (norte), han informado este lunes autoridades locales.
"El viernes los terroristas atacaron la aldea de Mbuid, el sábado la comunidad de Malamba y el domingo Nangomba", ha relatado fuentes locales a la agencia de noticias Lusa, a la que han contado que los habitantes de estas zonas han abandonado sus cultivos por "miedo" a este grupo de "insurgentes".
"En algunas zonas hay mucho mal olor porque con la lluvia y los ataques sin cesar nadie es capaz de enterrar los cuerpos", ha señalado otra de estas fuentes a la citada agencia.
Cercana a la vecina Tanzania, y atravesado por el río Rovuma, Nangade se encuentra entre dos partes de Cabo Delgado; al este con las localidades de Palma y Mocímboa da Praia, escenario de las principales refriegas de las fuerzas estatales con los grupos terroristas; y al oeste Mueda, distrito que se ha servido de refugio para millones de desplazados por el conflicto.
Muchos de los desplazados pasaban por Nangade para intentar llegar a otras zonas de la provincia. Sin embargo, ahora las amenazas también se presentan a lo largo de la carretera que comunica el distrito con el espacio seguro de Mueda. "Nadie se atreve a salir solo sin escolta", dice una de estas fuentes.
A medida que avanza la ofensiva apoyada por Ruanda y la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), los grupos armados huyen hacia otras provincias vecinas, que hasta ahora se habían librado en gran medida de un conflicto que ha dejado ya unos 3.100 muertos y más de 859.000 desplazados, según ACLED, un organismo no gubernamental especializado en recopilar y analizar datos de conflictos.
Cabo Delgado es escenario desde octubre de 2017 de ataques obra de milicianos islamistas conocidos como Al Shabaab, sin relación con el grupo homónimo que opera en Somalia y que mantiene lazos con Al Qaeda. Desde mediados de 2019 han sido reivindicados en su mayoría por Estado Islámico en África Central (ISCA), que ha recrudecido sus acciones desde marzo de 2020.