SANÁ, 3 Jul. (Reuters/EP) -
Al menos 16 personas han muerto a causa de los ataques aéreos efectuados este viernes por la coalición liderada por Arabia Saudí contra los rebeldes huthis, según han informado los rebeldes chiíes y residentes locales.
Los huthis han asegurado que seis personas han muerto, entre ellas un niño, y otras tantas han resultado heridas en un bombardeo efectuado de madrugada sobre el barrio de Al Jaraf, en Saná.
La capital yemení ha sufrido varios ataques a lo largo de la jornada que han incluido el Ministerio de Comunicaciones y las cercanas montañas de Faj Attan, sede de una base militar y de un depósito de armas que se han convertido en objetivos habituales de las tropas árabes.
Además, la agencia de noticias oficial SABA --ahora controlada por los insurgentes-- ha informado de la muerte de una decena de personas por los ataques saudíes contra la ciudad de Bait al Faqi, en la provincia de Hodeida.
Por otro lado, SABA ha indicado de un ataque con fuego de mortero perpetrado por Al Qaeda y el partido político Al Islá en el distrito de Hasb, en la provincia de Taiz.
A ello se suma el ataque de 'drone' estadounidense que ha acabado con la vida de cuatro milicianos de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) en Al Mukulla, uno de sus bastiones en el sur de Yemen.
CRISIS YEMENÍ
Arabia Saudí asumió en marzo el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení, Abdo Rabbu Mansur Hadi, había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una carta para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.