NÁPOLES 21 Ago. (Reuters/EP) -
La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente de Francia, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se reúnen este lunes en la simbólica isla de Ventotene (Nápoles) con la intención de proseguir con la iniciativa presentada el pasado 27 de junio en Berlín para definir una Unión Europea tras la salida de Reino Unido y abordar las actuales crisis migratoria y de seguridad interior.
No obstante, el encuentro de los mandatarios de las tres economías más grandes de la zona euro -- descontando a Reino Unido -- no pretende tener un carácter exclusivo. "La reunión del lunes quiere demostrar la unidad de los tres países más grandes de Europa (por PIB)", apuntó una fuente diplomática francesa, "no crear un club específico".
Los tres líderes van a examinar el efecto dominó iniciado desde Londres con su referéndum del pasado 23 de junio y que ha llevado a otros países de la Unión, como Países Bajos, miembro fundador, a replantearse su pertenencia al bloque. Nápoles servirá para cimentar planes, en este sentido, que cobrarán aún más forma en la próxima e histórica cumbre de Bratislava (Eslovaquia), a mediados de septiembre, marcada por la ausencia de la primera ministra británica, Theresa May.
Cada uno de los líderes llevará su propia idea de Europa. Merkel, su propósito de potenciar la unión existente en lugar de iniciar un proceso expansionista. Renzi, por su parte, propondrá que Italia tenga una voz más fuerte en el proceso de decisiones comunitarias, mientras que Hollande centrará sus propuestas en la aplicación de un ambicioso plan de inversión por toda la Unión Europea.
Esto último puede plantear un problema porque los tres países han mostrado diferencias en sus propuestas de crecimiento económico -- que se ha ralentizado en el último trimestre en la UE y estancado, directamente, en Francia e Italia --. Mientras Francia apoya las medidas antiausteridad y proexpansionistas de Renzi, Alemania se opone tajantemente a cualquier tipo de iniciativa que descontrole los objetivos de déficit público, con los que precisamente están luchando París y Roma.
Para Merkel, en particular, supone el comienzo de una semana muy apretada, en la que viajará a cuatro países y recibirá a los líderes de otros ocho con la intención primordial de "preservar ante todo el estatus quo y evitar una desintegración aún mayor en la Europa de los 27", según fuentes diplomáticas.
CARGA SIMBÓLICA
Renzi ha sido el encargado de elegir el lugar de la reunión: la isla de Ventotene, el lugar donde, en 1941, intelectuales italianos liderados por Altiero Spinelli, por entonces preso político antifascista, escribieron uno de los manifiestos fundacionales de la Unión Europea. Spinelli está enterrado precisamente en esta isla, y los tres líderes depositarán una ofrenda ante su tumba.
Tras la reunión, Merkel, Renzi y Hollande mantendrán su última conferencia de prensa a bordo del portaaviones 'Garibaldi', buque insignia de la misión europea 'Sofía', encargada de combatir el tráfico de personas, garantizar el actual embargo de armas sobre Libia y entrenar a los guardacostas libios para salvar las vidas de los inmigrantes.
La elección del 'Garibaldi' tampoco ha sido al azar. La Unión Europea planea incentivar a los gobiernos africanos para que contribuyan a reducir el flujo de inmigrantes.
Sin embargo, de nuevo hay divisiones entre los líderes sobre el manejo de esta situación por la diferencia de roles que desempeñan. Italia es el principal punto de entrada pero se trata en realidad de una "escala" de camino a Francia o Alemania, dos países que devuelven a Italia gran parte de los inmigrantes que rechazan. Una diferencia que se traduce en graves desencuentros entre Berlín, Roma y París a la hora de aprobar los mencionados incentivos.