BERLÍN 17 Oct. (DPA/EP) -
La canciller alemana, Angela Merkel, iniciará este miércoles los contactos con representantes de los Verdes y del Partido Liberal (FDP) para tratar de alcanzar un acuerdo para formar un nuevo gobierno en Alemania, tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas del 24 de septiembre.
Después de que el Partido Socialdemócrata (SPD) decidiera darle la espalda y volver a la oposición tras su sonada derrota, la mandataria se ve obligada a buscar nuevos socios e iniciará el miércoles la primera ronda preliminar de contactos con dos formaciones dispares cuyas diferencias programáticas son palpables en temas como energía o política europea.
"Tenemos claro que no van a ser conversaciones fáciles. Pero asumimos el desafío", señaló en las últimas horas una Angela Merkel que se muestra optimista de poder sellar la conocida como alianza "Jamaica", llamada así por los colores de los partidos, que coinciden con los de la bandera de ese país: FDP (amarillo), conservadores(negro) y Verdes.
Esta constelación tripartita, que sería inédita a escala nacional, le serviría a la dirigente para gobernar con amplia mayoría en el Parlamento en un país en el que la opinión pública gusta del consenso y huye de cualquier vaivén que pueda generar inestabilidad en el sistema.
"Empezamos (los contactos) sin marcar líneas rojas", indicó una Merkel experimentada en cerrar pactos de coalición que se encuentra a las puertas de comenzar su cuarto mandato consecutivo.
Solventadas las diferencias en la polémica cuestión de la política de refugiados con su partido hermano bávaro, los conservadores que lidera Merkel sitúan en el núcleo duro de las negociaciones temas como el sistema social, pensiones, economía, empleo y seguridad nacional.
La canciller calcula que esta fase de sondeos con los liberales y Los Verdes se podría extender varias semanas. La intención es que Alemania cuente con Gobierno en Navidades y que un nuevo Gabinete asuma el mando coincidiendo con la entrada del año.
Ayudada por su pragmatismo y descartada la opción de un Gobierno en minoría por la inestabilidad que conlleva, Merkel deberá encajar visiones muy diferentes y salvar otros escollos que se encontrará en el camino.
En primer lugar, la hoja de ruta contempla que el partido ecologista celebre un congreso extraordinario para decidir si finalmente entran en negociaciones con Merkel para integrar el tripartito.
De hacerlo, es previsible que Los Verdes aboguen por incluir medidas que sirvan como correctivo de la política conservadora de la canciller, como su reivindicación de acabar con los motores diésel en 2020.
"No seremos un aliado fácil", proclamaron en la noche electoral, cuando los primeros números ya apuntaban a que la dirigente necesitaría a la formación ecopacifista para formar Gobierno.
Sin embargo, su papel no se revela en esta ocasión como crucial debido a que bajo el mandato de Merkel ya se han cumplido algunas de sus principales banderas, como el fin de la energía atómica en Alemania, el compromiso a favor de la protección del clima o la introducción del matrimonio a favor de personas del mismo sexo.
Los liberales, tradicionales socios de la Unión Cristianodemócrata (CDU), tampoco le pondrán a la dirigente las cosas fáciles.
Liderados por Christian Lindner, de 38 años, quieren un cambio en la política del euro, imponer límites al gasto social y reactivar la "antigua política orientada a la estabilidad", al mismo tiempo que rechazan la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de contar con un presupuesto para los países que comparten el euro.
Como línea roja marcan la política migratoria. "Desde nuestro punto de vista, no va a ser posible (una coalición de Gobierno) sin una nueva ley de inmigración", señaló el vicepresidente del partido liberal, Wolfgang Kubicki, quien también suena en las quinielas como posible ministro de Finanzas.
Consciente de las dificultades a las que tendrá que hacer frente las próximas semanas y sin sentirse debilitada a pesar de que su partido cosechó este pasado domingo una amarga derrota en elecciones regionales, Merkel recuerda siempre que tiene ocasión que "es importante" que Alemania tenga en un futuro un Gobierno estable.
La dirigente, que gobierna Alemania de forma ininterrumpida desde 2005, cuenta con gran experiencia en estas lides. En sus 12 años en el poder, la política conservadora ha logrado sellar Ejecutivos con los socialdemócratas en dos ocasiones (2005-2009 y 2013-2017) y con los liberales (2009-2013).
Ahora, en un momento en el que se abren grietas en la Unión Europea (UE) y el panorama a escala internacional también presenta enormes desafíos, Merkel tendrá que hacer malabarismos para tejer una alianza a tres bandas que garantice un Gobierno estable en un país en el que esta constelación de Gobierno es percibida por muchos como una especie de experimento.