BRUSELAS, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
La canciller alemana, Angela Merkel, ha subrayado que es "absolutamente importante" que la UE acoja refugiados "sin quejarse" y ha apostado por encontrar "qué se puede hacer" para evitar que cientos de miles de personas tengan que abandonar sus casas.
Así, tras participar en la reunión informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, Merkel ha destacado que los principales países receptores de refugiados, Turquía, Jordania y el Líbano, "no se han quejado nunca" a pesar de la llegada masiva de refugiados.
"Están seguramente al límite de los que pueden hacer y no se han quejado nunca. También tenemos qué pensar qué podemos hacer para que puedan quedarse en sus casas y vivir dignamente", ha recalcado la canciller.
En este sentido, ha indicado que se trata de un problema "muy grande" y por ello es necesario adoptar medidas más allá incluso de un mayor control de las fronteras de la Unión Europea. De la misma forma, ha defendido que levantar muros "no es la solución".
En cualquier caso, Merkel se ha mostrado "satisfecha" con los acuerdos tomados en la reunión informal de este miércoles y ha señalado que se trata de un "paso adelante necesario".
Además, ha asegurado que en encuentro ha sido "productivo" y "constructivo" y que durante el encuentro se ha producido un "intercambio de ideas para un mejor entendimiento" de la situación.
Así, ha subrayado que los compromisos adoptados por los jefes de Estado y de Gobierno complementan el acuerdo que cerraron este martes los ministros de Interior de la UE, para la reubicación de 120.000 refugiados en dos fases.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se han comprometido este miércoles a dar prioridad al refuerzo de los controles en sus fronteras exteriores y a elevar la ayuda a los países próximos a Siria para apoyarles en la acogida de los refugiados que escapan del conflicto.
"Debemos proteger nuestras fronteras pero también proteger a los refugiados y ayudar a los países vecinos", ha manifestado el presidente del Consejo, Donald Tusk, en una rueda de prensa al término de la cena informal de líderes.