BERLÍN, 15 Jun. (DPA/EP) -
La canciller alemana, Angela Merkel, parece encaminarse irremediablemente hacia el que sería su cuarto mandato, a juzgar por los resultados de las elecciones regionales y por los sondeos sobre intención de voto, que le auguran una contundente victoria en los comicios federales que se celebrarán el próximo 24 de septiembre.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel ostenta el 38 por ciento de las preferencias, seis puntos más que el pasado mes de febrero, y la popularidad de la canciller alemana se ha recuperado hasta alcanzar niveles previos a la crisis migratoria, con un 53 por ciento.
Estos números han tenido su reflejo en la cadena de elecciones que se han celebrado estos meses en los estados de Sarre, Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, tradicional bastión social demócrata, donde la CDU y sus socios regionales se han impuesto sin problemas a sus rivales.
Esta tendencia ascendente ha amainado las críticas de los sectores díscolos, concentrados en la rama bávara de la CDU, la Unión Socialcristiana (CSU), que se convirtieron en un quebradero de cabeza para la líder germana por sus constantes críticas a la política de brazos abiertos que permitió la llegada de más de un millón de refugiados al país.
Al mismo tiempo, la euforia que desató en enero el anuncio de la candidatura del ex presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz por el Partido Social Demócrata (SPD), que incluso consiguió situar a la formación izquierdista por encima de la CDU en las encuestas, se ha desinflado hasta el 24 por ciento a golpe de derrotas electorales en los länder.
El Partido Liberal, por su parte, volvería tras una Legislatura al Bundestag (cámara baja) para convertirse en tercera fuerza, con un nueve por ciento, mientras que Los Verdes y La Izquierda conseguirían un ocho por ciento cada uno, de acuerdo con un sondeo realizado por Forsa para la revista 'Stern' y el canal RTL.
Los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), que escalaron hasta el 16 por ciento en la intención de voto, han perdido fuerza una vez mitigada la ola migratoria y se sitúan en el siete por ciento, un dato que, sin embargo, les permitiría entrar por primera vez en el Parlamento.