BERLÍN 5 Sep. (DPA/EP) -
La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha reclamado que los países de la Unión Europea mantengan una posición de unidad frente a Turquía, al tiempo que ha subrayado que Europa debe tener voz propia para abordar la crisis generada por el programa nuclear de Corea del Norte tras el último ensayo atómico.
En su última intervención ante el Parlamento antes de las elecciones legislativas del 24 de septiembre, en las que Merkel parte como favorita para la reelección, la jefa del Gobierno alemán ha defendido el protagonismo de Europa en la escena internacional.
"Europa tiene una voz importante en el mundo y debemos usarla para solucionar la cuestión (norcoreana)", ha dicho la canciller, líder del partido conservador Unión Cristianodemócrata (CDU) que, en coalición con la Unión Social Cristiana (CSU), se encuentra en cabeza en los sondeos de intención de voto.
Después de hablar con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, y con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para tratar la amenaza nuclear de Corea del Norte, Merkel ha señalado que los ministros de Exteriores europeos se reunirán este fin de semana en Alemania para abordar este tema.
La canciller también ha pedido a los países europeos que mantengan una posición unitaria en un momento en el que Berlín está intentando recuperar las buenas relaciones con Ankara, tras los últimos desencuentros.
"Nada sería más llamativo a los ojos de Erdogan que mostrarnos públicamente en desacuerdo sobre las futuras relaciones con Turquía", ha indicado la canciller, en su discurso ante el Bundestag.
"Esto debilitaría de forma notable la posición de Europa", ha explicado Merkel, en un momento en el que el arresto de diez ciudadanos alemanes en Turquía por "razones políticas" ha causado polémica en la campaña electoral.
La canciller ha afirmado que tiene planeado tratar la relación futura con Turquía en la cumbre de líderes de la Unión Europea que se celebrará en octubre, en la que podría pedir a las potencias comunitarias que cancelen la negociación con las autoridades turcas.
Merkel se ha visto forzada a mostrarse más contundente con respecto a la cuestión turca después de que el líder de la formación opositora Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, asegurase en el debate 'cara a cara' que ambos mantuvieron que él abandonará la negociación con Ankara si gana los comicios.
A pesar de la situación favorable de la economía alemana, Merkel ha alertado a los parlamentarios de que no es momento de relajarse, haciendo referencia a la crisis de la industria automovilística, que da trabajo a 828.000 personas en el país.
Dos años después de que Volkswagen admitiera que había trucado las emisiones de gases en las pruebas a sus coches por todo el mundo, el asunto ha recobrado importancia en vísperas de las elecciones, ante la posibilidad de que se prohíban los vehículos diésel en los centros urbanos para detener los niveles de contaminación del aire.
"No pensamos en la prohibición, pero queremos llevar a cabo una transición razonable de cara a los empleados y al cambio tecnológico", ha asegurado la canciller.
Durante la sesión parlamentaria ha criticado a los fabricantes de automóviles por haber manipulados las pruebas de emisiones, ha dicho que cometieron "errores imperdonables", y ha asegurado que los empleados no deberían sufrir las consecuencias de la pérdida de confianza que ha experimentado el sector.
Merkel ha manifestado que los retos que debe afrontar la industria automovilística son evidentes, concluyendo que durante décadas "el uso de motores convencionales todavía será necesario, pero que, al mismo tiempo, hay que incluir las nuevas tecnologías que se están desarrollando en la industria".