Peña Nieto somete a las urnas la nueva guerra contra el crimen organizado
MÉXICO DF, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
México celebra este domingo las mayores 'midterm' de su historia sin grandes sorpresas en lo que se refiere a los resultados, pero con el inmenso desafío de impedir la infiltración del crimen organización que ha hecho imposible la campaña electoral en algunos estados.
Este 7 de junio los mexicanos renuevan los 500 diputados de la Cámara Federal, nueve de los 31 gobernadores y más de 1.600 cargos estatales y municipales en la mayor remodelación que ha hecho el país en las últimas décadas.
La cantidad de cargos públicos en juego ha atomizado el proceso electoral, lo que ha llevado a una infinidad de campañas personalistas en las candidaturas estatales y, sobre todo, municipales, y a una gran partida entre los partidos tradicionales en el plano federal.
A nivel nacional, los últimos sondeos dan al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) un 32 por ciento de los votos, lo que le permitiría retener la mayoría en la Cámara de Diputados, siendo así el primer partido de Gobierno en hacerlo en las tres últimas legislaturas.
Pero sería una mayoría simple insuficiente para la agenda de reformas estructurales en la que planea ahondar Enrique Peña Nieto, de modo que tendría que pactar nuevamente con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y con el Partido de la Nueva Alianza (PANAL).
La supervivencia del PRI se cimenta en la lenta pero firme recuperación económica, por un lado, y en las luchas intestinas en la oposición que han dejado a los mexicanos sin una alternativa seria a quienes han gobernado durante 71 años, por otro.
El equilibrio de poder se mantiene también en la oposición. El Partido de Acción Nacional (PAN) se sostiene como segunda fuerza política con un 24 por ciento, a pesar de la guerra por el liderazgo entre Gustavo Madero y Felipe Calderón.
En el frente izquierdista, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) sobrevive y conserva el tercer puesto con un 17 por ciento, amortiguando así la dolorosa salida de su histórico líder Andrés Manuel López Obrador y la creación del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
EL RETO ESTATAL Y MUNICIPAL
La lectura es bien distinta en las gobernaciones y en los ayuntamientos. Aquí la batalla no se libra tras el escudo de las siglas partidistas sino en primera persona y, muy especialmente, con el récord particular de victorias contra el crimen organizado.
Los gobernadores de Querétaro, Michoacán, Guerrero, Campeche, Colima, Sonora, Nuevo León, y San Luis Potosí se someten al escrutinio de los mexicanos pero con escasas perspectivas de cambio porque las encuestas vaticinan una cómoda victoria del PRI. La única excepción es Baja California, donde el PAN atesora una ventaja de diez puntos.
La arena municipal está mucho más revuelta, con un crisol de candidatos --entre los de los partidos tradicionales, los nuevos, los locales y los independientes-- que hacen de la demoscopia cosa de adivinos.
La contienda más interesante se perfila en México DF, bastión de la izquierda que servirá para que el PRD y el MORENA midan sus fuerzas de cara a las presidenciales de 2018. Aunque precisamente esta competición podría permitir al PRI y al PAN aumentar su cuota en la capital.
LA VIOLENCIA ENTRA EN CAMPAÑA
De telón de fondo --como siempre en México-- estará el crimen organizado, si bien esta vez se ha hecho más patente que nunca con varios casos que han conmocionado a la sociedad mexicana y a la comunidad internacional y que han obligado a los políticos a reaccionar.
El estallido de violencia comenzó a principios de 2013 en Michoacán con la guerra abierta entre los llamados grupos de autodefensa y el cártel de Los Caballeros Templarios, que sumió al estado en un caos del que aún no ha emergido.
Otro de los botones de muestra de la corrosión del 'narco' en México es Guerrero. El 26 de septiembre una alianza de años entre los políticos locales y los cárteles hizo desaparecer en Iguala a 43 jóvenes que el Gobierno da ya por muertos.
Estos dos casos llevaron al límite la presión sobre Peña Nieto, que a final del año anunció un decálogo de medidas para blindar estas 'midterm' frente al crimen organizado y comenzar el largo camino de la regeneración democrática.
Pero de poco o nada ha servido. Sirva de ejemplo la reciente desaparición de una treintena de jóvenes en el municipio de Chilapa, en Guerrero. Los investigadores se debaten entre culpar a las policías comunitarias o a Los Rojos, brazo armado del Cártel del Golfo.
'A PLATA Y PLOMO'
El miedo se ha hecho fuerte en los candidatos municipales, que han visto morir a decenas de sus colegas o rivales en estos meses de campaña electoral por las balas del crimen organizado y de la corrupción sistémica.
Chilapa tristemente vuelve a servir de ejemplo. El temor se instauró el 5 de mayo cuando el aspirante 'priísta' a la Alcaldía, Ulises Fabián Quiroz, recibió 13 tiros mientras hacía campaña. Su sustituto, José Santos, renunció a la candidatura por miedo a sufrir el mismo destino.
"Obviamente, hay miedo, y no solo de José Santos, hay miedo de muchos actores políticos en Chilapa", admitió el jefe del PRI en Guerrero, Cuauhtémoc Salgado, en una entrevista concedida al diario mexicano 'Excelsior'.
La candidata de MORENA al Gobierno de Chilapa, Laura Patricia Hernández Carrillo, también renunció a sus aspiraciones para "no poner en riesgo la vida de nadie". "No soy política, no me interesa", dijo la presentadora de televisión.
El abanderado del PAN en el municipio guerrerense, Jorge Camacho, fue el único en mantenerse en el cargo, pero no oculta su inquietud. "¡Por supuesto que tengo miedo! Cada día, al salir de casa, lo que hago es pedirle a Dios regresar", admite.
La saña del 'narco' es mayor con los políticos locales porque es en los municipios donde el crimen organizado accede con mayor facilidad a las cúpulas de poder por los bajos salarios. Estas elecciones son su oportunidad de infiltrarse ya sea 'a plata o a plomo'.
EXAMEN A PEÑA NIETO
Así las cosas, pese a los buenos resultados que auguran las encuestas para el PRI de Peña Nieto --incluso históricos si conserva el Congreso--, el líder conservador solo podrá hablar de "éxito" si consigue garantizar la transparencia de las votaciones.
En estados como Michoacán o Guerrero, donde la situación verdaderamente es crítica, movimientos sociales --como las autodefensas y los 'normalistas'-- boicotearán las elecciones porque no hay garantías de que sean limpias.
Incluso el propio Peña Nieto está cuestionado por las millonarias propiedades de él y de su esposa, Angélica Rivera, que han justificado a duras penas ante un electorado cada vez más cansado de las corruptelas de la clase política.
El México moderno que prometió el presidente a su llegada a Los Pinos, en 2012, aguarda tras la difícil tarea de barrer del mapa a los cárteles y sus socios políticos. De lo contrario, estas 'midterm' podrían ser solo el primer aviso a Peña Nieto de cara a 2018.