CIUDAD DE MÉXICO, 3 May. (EUROPA PRESS) -
México ha expresado este miércoles su "grave preocupación" por la decisión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de convocar una Asamblea Constituyente, por considerar que solo servirá para "profundizar el clima de desconfianza" que impera en la nación caribeña, y ha reiterado su llamamiento al diálogo entre Gobierno y oposición para superar la actual crisis política.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha recordado que "toda iniciativa encaminada a modificar el régimen constitucional de un Estado democrático debe ser realizada por un órgano constituido por la vía del voto libre, secreto, efectivo y universal". "Cualquier otra vía constituiría un atentado contra la democracia y un grave retroceso en la región", ha alertado.
Además, ha reiterado "su categórico rechazo a la violencia y su apoyo irrestricto a la solución pacífica de las controversias", insistiendo en su llamamiento "a todos los actores políticos y sociales en Venezuela para que se abstengan de recurrir a la violencia o a la provocación y resuelvan sus diferencias de manera pacífica".
México ha abogado nuevamente por "un acuerdo político que permita el restablecimiento pleno de la democracia" y ha recordado en este sentido los esfuerzos regionales "para contribuir a que sean los propios venezolanos quienes construyan una solución a la crisis democrática, incluyendo la liberación de los presos políticos, la celebración de elecciones y el pleno respeto a las decisiones de la Asamblea Nacional".
Por otro lado, ha lamentado la decisión de Maduro de retirar a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque, "más que una simple asociación de países que comparten geografía, la OEA es una organización de naciones que compartimos principios y valores democráticos". "Darle la espalda a la OEA es también darle la espalda a esos principios y valores que nos identifican y distinguen", ha advertido.
CRISIS VENEZOLANA
La tensión política en Venezuela alcanzó un nuevo pico el pasado marzo, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojó de sus poderes a la Asamblea Nacional --controlada por la oposición desde 2016-- y dejó sin inmunidad parlamentaria a los diputados.
El Gobierno de Maduro ordenó dar marcha atrás en ambas decisiones, algo que el TSJ cumplió, pero la oposición y la Organización de Estados Americanos consideran que se ha producido una "ruptura del orden constitucional" que requiere elecciones anticipadas.
Desde entonces la Mesa de Unidad Democrática (MUD) no ha dejado de convocar manifestaciones multitudinarias que han acabado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Hasta ahora, cerca de 30 personas han muerto --once por los saqueos en El Valle-- y más de mil han sido detenidas.
Maduro ha convocado una Asamblea Constituyente por considerar que es la única forma de devolver la paz a Venezuela. La MUD, por su parte, ha denunciado que de esta manera el 'chavismo' pretende consumar el "autogolpe" que comenzó con las polémicas sentencias del TSJ.
La Asamblea Constituyente estará formada por 500 "ciudadanos" que serán elegidos en las próximas semanas "a través del voto universal, directo y secreto", de los cuales la mitad, 250, saldrán de sectores de marcado corte oficialista, según ha detallado Maduro.