MÉXICO DF, 30 Oct. (Reuters/EP) -
La Fiscalía de México ampliará los interrogatorios a militares y otras fuerzas federales para aclarar cuál fue su rol durante el ataque a 43 estudiantes de Ayotzinapa el año pasado en el estado de Guerrero, como parte de una nueva investigación de un caso que reveló la complicidad del crimen organizado con las autoridades locales.
Las familias de las víctimas y expertos internacionales han exigido esclarecer cuál fue el papel de los efectivos federales presentes en la ciudad de Iguala el 26 de septiembre del 2014, mientras un centenar de estudiantes eran disparados por policías municipales, y las razones de por qué no les auxiliaron.
"Se investigará todo lo que se necesita para desahogar el caso, todo", ha asegurado el nuevo jefe de las investigaciones, Eber Betanzos, acerca de si los militares y efectivos federales serían interrogados pese a la reticencia del sector castrense.
Bajo presión de organismos internacionales y tras un informe de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que mostró serias fallas en la investigación oficial, desechando incluso su hipótesis de que todos los estudiantes fueron quemados en un basurero, el Gobierno iniciará una nueva búsqueda con tecnología más avanzada, que incluye 'drones'.
Betanzos ha agregado que el Gobierno está decidido a agotar la investigación, incluyendo dilucidar si hubo más fuerzas a nivel federal involucradas en el episodio más allá de los policías municipales de las ciudades de Iguala y Cocula.
Hace poco, el gobernador de Guerrero cuando ocurrió el ataque, Ángel Aguirre, y el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, detenido como uno de los principales responsables del ataques, dijeron que pidieron auxilio al Ejército --que controla la seguridad en la región-- pero no recibieron apoyo.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Ejército) ha mostrado "total disposición" en colaborar con la investigación y en aclarar estas acusaciones, ha agregado Betanzos.
Sin embargo, hace unas semanas el jefe del Ejército, Salvador Cienfuegos, había rechazado que sus subordinados fueran interrogados por los expertos de la CIDH, y dijo que no tendrían por qué haber intervenido para frenar el ataque porque era asunto de policías locales.
TORTURA A "EL GIL", DETENIDO CLAVE
Betanzos ha indicado que la búsqueda de los jóvenes no se centrará solo en el sureño estado Guerrero, donde se ubica Iguala, y que podría extenderse a todo el país si es necesario.
Para ello, contará un equipo especial integrado por decenas de investigadores de la Procuraduría General de la República (PGR) y policías federales que peinará Guerrero con la tecnología LIDAR, que utiliza sensores con rayos infrarrojos y ultravioletas para detectar alteraciones en el terreno.
Además, se usarán sistemas de geolocalización satelital y 'drones' acuáticos y terrestres para buscar fosas clandestinas y restos humanos.
El estado de Guerrero es hoy una de las zonas más peligrosas de México. Grupos de narcotraficantes luchan por los territorios donde se cultiva amapola, base de la heroína.
Los policías que atacaron a los estudiantes trabajaban para un grupo de la delincuencia organizada de la zona, Guerreros Unidos. Decenas de supuestos sicarios de este grupo y policías municipales de Iguala y Cocula están detenidos por el presunto crimen de los estudiantes.
Algunos de los detenidos han denunciado torturas. Según los expertos de la CIDH, esto debilita aún más la investigación que dirigió el entonces fiscal Jesús Murillo, quien fue relevado de su cargo.
Un detenido clave, Gildardo 'El Gil' López Astudillo --a quien Murillo acusó de ser quien dio la orden de quemar a los estudiantes en el basurero de Cocula-- ha denunciado torturas, reconoce Betanzos. "Es motivo de investigación también", ha apostillado.