Aunque admite que el frente republicano exhala "el último aliento" en Francia, cree que dejarse apoyar por la ultraderecha es una "línea roja"
MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Mickael Nogal comenzó a implicarse en política siendo un adolescente y llegó a la primera línea a rebufo de Emmanuel Macron, que abrió paso a nuevos perfiles y una nueva generación de líderes. Con orígenes en España --nacionalidad que aún conserva--, observa de cerca la evolución de un país vecino donde reconoce sentirse "decepcionado" con Ciudadanos por su "ambigüedad" con respecto a Vox.
El Elíseo ya mostró en su día recelos respecto a Ciudadanos tras las elecciones de 2019, en la medida en que La República en Marcha (LREM) de Macron y el partido que en su día comandaba Albert Rivera se sentían "primos", como apunta Nogal. Ambos se integran en el mismo grupo dentro del Parlamento Europeo, el de Renovar Europa, que agrupa a formaciones liberales.
"La línea de 'En Marche' no es la de Ciudadanos", afirma el diputado galo en una entrevista con Europa Press en la que incide en que, de haber sido Rivera, no habría tomado las mismas decisiones. "Nos ha decepcionado mucho la posición de Ciudadanos respecto a Vox, hemos puesto distancia", declara.
Nogal tiene claro que "aceptar trabajar con Vox" es "una línea roja" que "no se puede entender", al menos desde el punto de vista de quienes han tratado durante décadas de marginar a los Le Pen para evitar que llegasen al poder: primero Jean Marie y su Frente Nacional y luego su hija Marine, ya con una remozada Agrupación Nacional.
"No verás nunca un municipio, una región o un departamento que haya ganado 'En Marche' con gente de Agrupación Nacional", afirma este joven diputado de 30 años, que reconoce sin tapujos que votaría en favor de Los Republicanos o del Partido Socialista si fuesen ellos quienes se jugasen el todo por el todo en la segunda vuelta de unas presidenciales frente a Le Pen.
EL FRENTE REPUBLICANO
Nogal representa lo que ha sido durante décadas el sentir mayoritario en Francia, temerosa de que una persona con ideas radicales de derechas pudiese sentarse en el Elíseo. Una reciente encuesta de IFOP para 'Journal du Dimanche' reflejó, sin embargo, que un 51 por ciento de los entrevistados ya no veía ningún peligro para la democracia si Agrupación Nacional se hubiese impuesto en alguna región.
No fue así y, de hecho, los resultados para Le Pen fueron peor de lo esperado. Nogal evita extraer demasiadas lecciones de los últimos comicios, recordando que Agrupación Nacional fue la formación más votada en las elecciones europeas de 2019 y admitiendo que Le Pen sigue teniendo la capacidad de atraer a "mucha gente", no necesariamente fieles.
Además, cree que algunos políticos de derechas podrían escorarse aún más en una futura campaña y ve coincidencias entre Francia Insumisa y Agrupación Nacional en sus mensajes anti Macron, lo que podría "equivocar" a la ciudadanía en una hipotética segunda vuelta entre el liberal y la ultraderechista el próximo año.
El frente republicano, ha añadido, no está muerto "pero es el final". "El último aliento" de una alianza que 'de facto' siempre ha servido de muro contra los Le Pen y que no parece tan firme como antes, ni a nivel político ni de calle. Nogal teme lo que pueda pasar no tanto en 2022 como en 2027, cuando ya habría concluido la era Macron.
EL 'MACRONISMO' SIN MACRON
Es precisamente ese futuro, el final de la "aventura política" que representa Macron, el que se atisba más complejo. LREM empezó la casa por el tejado, con una irrupción presidencial que luego se tradujo en más de 300 diputados y una veintena de senadores y que todavía sigue pendiente de "echar raíces en las regiones", como reconoce Nogal.
El diputado pide "más tiempo" para consolidar el proyecto, para lo cual considera clave un segundo mandato de Macron, cinco años más. En este sentido, apunta que LREM sigue siendo "dependiente" de su promotor y líder, sobre quien pivota la imagen de todo el conjunto: "A mí me eligieron (para la Asamblea Nacional) porque era el candidato de Macron".
"La prioridad es seguir transformando el país con Macron", agrega Nogal, que no se atreve a pronosticar lo que puede pasar en el futuro. Por el momento no ve a nadie como una alternativa clara a nivel interno, quizás porque a día de hoy incluso el Gobierno está conformado a partir de personas de origen ideológico y político diverso.
El último ensayo antes de las presidenciales, los comicios regionales y departamentales del 20 y el 27 de junio, supusieron la consolidación de los partidos tradicionales en sus respectivos feudos, pero Nogal no considera que sea trasladable a nivel nacional, por entender que los votantes respaldaron más a los candidatos concretos que a las siglas y que la alta abstención --dos de cada tres personas no acudieron a votar-- desdibuja el panorama general.
Sobre las razones de esta abstención, Nogal entona el 'mea culpa' al asumir que políticos y medios a veces se concentran en exceso en la política nacional y hacen que la ciudadanía, especialmente los más jóvenes, desconozcan las competencias de administraciones de menor nivel que sí son relevantes en aspectos como la educación. Estas elecciones "son un paréntesis local que no tiene consecuencia en los resultados que podríamos tener el año que viene", confía.
"ESPAÑA SON MIS RAÍCES"
Nogal nació en Tolouse, pero tiene un vínculo con España --su padre nació en Extremadura y sus abuelos maternos procedían de la Comunidad Valenciana-- que ha trasladado también a su papel en la Asamblea Nacional, donde ejerce de vicepresidente del Grupo de Amistad de España. "España son mis raíces y Francia, el país en el que nací", resume.
También se ha implicado en causas latinoamericanas como las de Venezuela, en virtud de la cual visitó Madrid este mismo año para reunirse con "refugiados", entre ellos Leopoldo López, y en la que sigue abogando por la celebración de elecciones libres que permitan a la oposición medirse sin trabas con el Gobierno de Nicolás Maduro.