MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ola de violencia de las últimas semanas en República Centroafricana ha dejado a miles de niños y familias en situación de emergencia. El acceso de la asistencia humanitaria a las familias desplazadas se ha complicado por la peligrosidad de los caminos.
"Hemos estado más de una semana intentando llegar a las miles de familias que necesitan ayuda humanitaria, pero el aumento de la violencia ha hecho que los caminos sean demasiado peligrosos", ha explicado la representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en República Centroafricana, Christine Muhigana.
Dos aviones cargados de suministros vitales han aterrizado este viernes en Bangassou para dar asistencia humanitaria a las miles de familias desplazadas por la violencia en el sureste de la República Centroafricana.
Los aviones, que salieron de la capital, Bangui, el jueves por la mañana, llevaban 5,6 toneladas de suministros de emergencia para 800 hogares, serán distribuidos por la Agencia de Cooperación Técnica y Desarrollo (ACTED).
Las carreteras solo son transitables con escolta militar de la ONU y los conductores son reacios a transportar suministros porque temen por sus vidas. "Teniendo en cuenta la situación crítica que se está viviendo en el sureste, la única opción era un puente aéreo para llevar los suministros vitales a los niños y familias que se encuentran en áreas de difícil acceso", ha añadido Muhigana.
La última ola de violencia entre grupos armados han afectado a civiles en Bria, Bangassou, Alindao, Mobaye y otras aldeas de la región sureste, dejando 300 muertos y 200 heridos, según ha informado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Hasta el momento unas 100.000 personas han huido de sus hogares en busca de seguridad, en lo que es el desplazamiento de población más grande del país desde 2014.
UNICEF teme que la violencia de las últimas semanas acabe con el compromiso que los líderes de diez grupos armados adquirieron en mayo de 2015 para liberar a todos los niños. Unos 7.000 niños han sido liberados de sus filas desde entonces.
La organización solo ha recibido el 30 por ciento de los fondos que necesita para dar respuesta humanitaria a los niños en la República Centroafricana, 14 millones de dólares de los 46,3 que se solicitan.