MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Miles de civiles están protagonizando un éxodo desde el estado birmano de Rajine, en el norte del país, ante el comienzo de una operación militar contra los grupos armados de la zona, el hogar de la minoría rohingya expulsada en agosto de 2017 por el Ejército birmano durante una ofensiva calificada de genocidio por organizaciones humanitarias.
La nueva operación afecta a unas 30.000 personas que viven en 43 poblaciones de la localidad de Kyauktan. Unas diez aldeas han sido ya desocupadas y sus habitantes se están refugiando en campos de refugiados en la ciudad de Rathedaung, informa el portal de noticias Mizzima.
El Congreso Étnico de Rajine ha pedido al Ejército que las poblaciones civiles no se conviertan en "zonas de guerra" y ha solicitado al Ejército que proteja y salvaguarde las vidas, la riqueza y la propiedad de los civiles", según su representante Zaw Zaw Tun.
Alarmada por la situación, Naciones Unidas ha declarado este sábado su preocupación por las informaciones que le llegan sobre "gente atrapada por los combates o por la falta de medios para abrirse camino", y ha instado a los bandos en conflicto, los militares y el Ejército de Arakán, un grupo separatista con base budista del norte de Birmania, que se abstengan de atacar a los civiles, en un comunicado recogido por DPA.
En una nota anexa, las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá aseguran que les han llegado informaciones de "incendios intencionados de la propiedad privada, bombardeos contra poblaciones civiles y detenciones extrajudiciales a la población"
Además, se recuerda la tenebrosa asociación que representa la descripción de la operación, considerada "de limpieza", como ya se le llamó a la iniciada hace tres años y que desembocó en la huida de más de un millón de refugiados rohingya para escapar de las atrocidades de las que ha sido acusado el Ejército de Birmania.