MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
Miles de personas volverán a salir este sábado a las calles de Hungría en un nuevo episodio de las protestas de los últimos días contra las medidas de austeridad adoptadas por el primer ministro del país, Viktor Orban, ante la crisis económica derivada en buena parte de la guerra de Ucrania, que le ha llevado a adoptar un giro significativo tanto en su economía nacional como en sus relaciones con Bruselas.
Tras ocupar un puente de Budapest a última hora del viernes, los organizadores han anunciado para esta próxima noche nuevas concentraciones en la capital para protestar contra la subida de impuestos y el recorte de gasto público estimado en 1.400 millones de euros anunciado por el Gobierno.
Estas medidas suponen un giro radical a la política de Orbán, quien había prometido importantes ayudas a la población tras regresar al poder en 2010; un programa de corte populista que le consiguió la reválida en las elecciones de abril.
"Estamos será la primera prueba de estrés real del sistema de Orban", ha declarado Peter Kreko, director del instituto de investigación Capital Político en Budapest. "Esto demuestra que el populismo económico finalmente llega a su límite", ha añadido.
La dependencia de Hungría de Rusia para la mayor parte de su consumo de petróleo y gas hace que el país sea uno de los más vulnerables de la Unión Europea ante una posible interrupción de los suministros rusos.
El florín se ha desplomado casi un 10% frente al euro desde la invasión rusa de Ucrania en febrero, la mayor caída entre las monedas de mercados emergentes, mientras que el rendimiento de los bonos del gobierno a cinco años también superó el 10% por primera vez en una década.
Orban está considerando concesiones para desbloquear más de 15.000 millones de euros (15.100 millones de dólares) de fondos para la recuperación de la pandemia que la Unión Europea ha congelado por preocupaciones sobre corrupción y el Estado de Derecho en el país.
El viernes por la noche, Orban firmó un decreto del gobierno que establece un grupo de trabajo anticorrupción del Gobierno. Su gabinete también ha abordado aceptar la jurisdicción del fiscal general de la UE, ambas opciones inconcebibles hace unos meses.
"Viktor Orbán está desempeñando un papel activo en esto", ha declarado el ministro de Fondos de la UE de Hungría, Tibor Navracsics, al semanario Mandiner. "Él es el que manda".