Un refugiado sirio con su hija en un campo de refugiados en Jordania
MUHAMMAD HAMED / REUTERS
Actualizado: miércoles, 22 febrero 2017 22:17


AMÁN, 22 Feb. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Miles de sirios viven indocumentados en Jordania con miedo a ser deportados por no registrarse como solicitantes de asilo ante el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o por abandonar los campamentos oficiales en algún momento de su estancia en Jordania.

Hace dos años que Nagham abandonó un campo de refugiados cercano a la frontera con Siria con sus tres hijos pequeños. Ahora se encuentra en la capital del país, Amán, y al haber abandonado el campo no tiene ningún derecho como refugiada. Es una inmigrante sin papeles.

Según cuenta, sus hijos se asustaban mucho con el ruido de los aviones de combate que sobrevolaban el campo, ya que les recordaban a los bombardeos en su anterior hogar, Homs. Nagham, de 33 años, huyó del campo de refugiados en plena noche con sus hijos y después de horas caminando, alcanzaron la capital a la mañana siguiente.

Nagham viaja sola porque a su marido no le permitieron cruzar la frontera con ella y sus hijos. Abandonó el campo de refugiados porque no se sentía segura allí durante el mes que pasó con su familia. "Cuando llegué al fin me sentí segura", cuenta.

Aunque hace más de dos años que dejó el campo para refugiados, Nagham no quiere dar su nombre real, ya que teme ser arrestada. Apenas deja su apartamento en Amán. En cambio, sus tres hijos --que ahora tienen 10, 12 y 14 años-- salen todos los días de casa para ir a trabajar como chicos de los recados para varias fruterías del barrio. Cada uno gana 3 dinares jordanos al día (unos 4 euros), con lo que apenas pueden cubrir el precio del alquiler.

"Normalmente no salgo de la casa y, si lo hago, nunca salgo del barrio. Les digo a mis niños que cuando salgan de casa no hablen con mucha gente", explica Nagham. "Me siento como si me vigilaran constantemente porque en el fondo sé que estamos haciendo algo que está mal", añade.

El número de sirios que intenta cruzar la frontera hacia Jordania ha descendido de manera dramática desde que en 2013 el Gobierno jordano amenazó con construir una valla a lo largo de los más de 370 kilómetros que comparten ambos países. Las autoridades de Jordania alegaron que las oleadas de solicitantes de asilo procedentes de Siria estaban acabando con sus recursos.

De acuerdo con el Gobierno de Jordania, hay un 1,4 millones de sirios en el país a día de hoy, de los cuales, sólo 633.000 están registrados oficialmente como refugiados ante ACNUR. Muchos de ellos son acogidos por familiares o conocidos que viven en Jordania.

MIEDO A LA DEPORTACIÓN

Si las autoridades jordanas se enteran de que Nagham está viviendo en Jordania sin visado, ella, al igual que miles de sirios, corre el riesgo de ser llevada de vuelta a un campo de refugiados, separada de su familia o incluso deportada.

Jordania no forma parte de la Convención para los Refugiados firmada en 1951, aunque según sus autoridades, siempre ha operado de acuerdo con el Derecho Internacional, lo que significa que no puede forzar a un refugiado a regresar a un país en el que va a tener que hacer frente a persecución.

Las asociaciones civiles en Jordania están intentando ayudar a los refugiados sirios que están en el país sin documentación, pero la falta de confianza que muestran los afectados hace que sea muy difícil solucionar su situación legal.

"Creo que el miedo a ser deportados es mucho mayor que las posibilidades reales de que esto les ocurra, pero me temo que es lo que escuchan todos los días", explica Samar Muhareb, directora de la asociación Renacimiento Árabe para la Democracia y el Desarrollo, que proporciona asistencia legal a los refugiados en Jordania.

Por otro lado, la comunidad internacional ha permitido al Gobierno jordano relajar sus leyes de empleo para que pueda permitir que el casi millón y medio de sirios que viven en el país puedan trabajar de forma legal bajo su condición de refugiados. En julio de 2016, las autoridades emitieron un total de 20.000 permisos de trabajo y se espera que el número aumente en los próximos días.

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