MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas paramilitares chiíes que respaldan al Ejército iraquí en su despliegue a las afueras de Kirkuk ha querido apaciguar a las milicias kurdas que montan guardia en la disputada ciudad, y que se han comprometido a defenderla como parte del Kurdistán iraquí ante las tropas del Gobierno de bagdad.
"Entre nosotros no hay ningún Sadam Husein ni ningún Alí El Químico", ha declarado un portavoz de las milicias Hashd al Shaabi a la agencia kurda Rudaw, en referencia al fallecido dictador iraquí y uno de sus hombres de confianza, ambos responsables de cruentas matanzas entre la población kurda, en particular durante finales de los 80.
Las milicias kurdas peshmerga y los propios residentes de Kirkuk han levantado ya puestos de control para impedir que el Ejército iraquí y las fuerzas paramilitares chiíes que le respaldan entren en la ciudad iraquí, epicentro del nuevo episodio de tensión en la región tras la victoria de la opción independentista en el plebiscito del pasado 25 de septiembre en la región del Kurdistán iraquí.
Ahora mismo hay 6.000 combatientes peshmerga en la zona. Hay que resaltar que Kirkuk no es exactamente parte de lo que hasta ahora se entiende por el Kurdistán iraquí pero es objeto de una histórica disputa entre ambas partes, y de hecho contó como circunscripción durante la celebración del referéndum.
Estos combatientes se han mostrado dispuestos a plantar cara a a las fuerzas del Ejército y las milicias Hashd al Shaabi, pero el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha dado a sus hombres órdenes de no iniciar las hostilidades y las fuerzas kurdas están diciendo lo mismo a los residentes.
"No tenemos intención de atacar al Ejército pero de aquí no nos vamos", ha declarado el comandante peshmerga Omer Salih a la agencia de noticias kurda. "Hemos estado protegiendo esta ciudad de las garras de Estado Islámico durante tres años, desde que el Ejército iraquí nos dejó tirados".
Ahora mismo las fuerzas iraquíes y kurdas se encuentran estacionadas en torno a la línea verde que lleva casi 15 años separando el Kurdistán iraquí del resto del país, desde los momentos previos a la invasión estadounidense de Irak en 2003.
"Pero ni mucho menos hemos retrasado líneas", ha añadido en referencia a informaciones que apuntaban a un retroceso del frente dos kilómetros al interior en las afueras de la ciudad. "No hemos abandonado Tal Ward. Estas informaciones están muy lejos de la verdad", ha añadido.