CARACAS, 6 Ago. (EUROPA PRESS) - Un grupo de militares venezolanos se han declarado en "legítima rebeldía" contra la "tiranía" de Nicolás Maduro y han intentado tomar el Fuerte Paramacay, en la ciudad de Valencia, en el estado de Carabobo, algo que el Gobierno ha calificado de "ataque terrorista" y ha asegurado que está "totalmente controlado". "Nos declaramos en legítima rebeldía, unidos hoy más que nunca, con el bravo pueblo de Venezuela, para desconocer la tiranía asesina de Nicolás Maduro", ha dicho el antiguo capitán de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) Juan Caguaripano. "Aclaramos que esto no es un golpe de Estado. Esta es una acción cívica y militar para restablecer el orden constitucional. Pero más aún, para salvar al país de la destrucción total, para detener los asesinatos de nuestros jóvenes y familiares", ha explicado Caguaripano. Caguaripano ha indicado que, la iniciativa, bautizada como 'Operación David Carabobo', parte de tropas de la 41ª Brigada Blindada de Valencia --"gloriosa unidad del verdadero Ejército venezolano"--, "así como de tropas activas y en reserva de todos los componentes, militares y policías, hombres y mujeres valientes amantes de la paz". No obstante, ha exhortado a "los compañeros de armas a desobedecer desde sus comandos a este régimen de asesinos, desobedecer a esa cúpula de generales corruptos que no representan el honor ni la dignidad de la Fuerza Armada". "No sean la vergüenza de nuestra familia", ha pedido. También ha invitado "a toda Venezuela a ir los cuarteles militares y a los comandos de Policía para unirnos en esta gesta libertadora". "Que cada unidad despliegue en su fachada pancartas alusivas al (artículo) 350 (de la Constitución, que habla de la defensa de la Carta Magna) y reciban ordenada y pacíficamente a los ciudadanos", ha instado. Caguaripano ha advertido de que aquellos cuarteles y comandos "donde se registre actividad hostil contra la población civil serán considerados objetivo militar", tanto la unidad como su comandante. "Y vamos contra ellos contra todo el poder de fuego de nuestras fuerzas aliadas en todo el país", ha sostenido. Por otro lado, Caguaripano ha reclamado a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición venezolana, que den por concluidas las posibles negociaciones con el Gobierno y "pasen por encima de las cúpulas corruptas que traicionan al pueblo". "Ya pasó el tiempo de pactos y acuerdos ocultos entre tiranos y traidores", ha espetado. Así, el líder militar ha exigido al Parlamento "la conformación inmediata de un gobierno de transición" y la celebración de "elecciones generales liberes con poderes públicos independientes". "Reconozca y respete la voluntad de su pueblo de librarse de la tiranía y honre la memoria heroica de jóvenes (...) que con escudos de cartón y corazones de acero ofrecieron sus vidas para enseñar a derrocar el miedo", ha concluido. El diario venezolano 'El Nacional', ha asegurado que desde primera hora de la mañana (hora local), ha habido movimiento en el Fuerte Paramacay. El diputado opositor Marco Aurelio Quiñones, de Voluntad Popular, ha contado en Twitter que se ha producido una "situación irregular". De acuerdo con la versión del rorativo local, los militares sublevados han intentato tomar las instalaciones militares y decenas de personas han atendido el llamamiento de Caguaripano y se han concentrado en los alrededores. Al parecer, se ha producido un enfrentamiento entre los uniformados rebeldes y los leales al Gobierno en el que incluso se habrían llegado a realizar disparados, pero que no ha afectado a la población civil. El jefe del Comando Estratégico de la FANB, el almirante Remigio Ceballos, ha anunciado que hay siete detenidos que en estos momentos están siendo interrogados para "aportar datos". El primero en reaccionar desde el 'chavismo' ha sido el vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, según el cual se trata de "un ataque terrorista" que no ha tenido eco en las Fuerzas Armadas, por lo que la situación estaría "totalmente controlada". "En la madrugada, atacantes terroristas entraron en el Fuerte Paramacay en Valencia, atentando contra nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)", ha escrito el 'número dos' del oficialismo en su cuenta oficial de Twitter. En respuesta, "se han activado planes de defensa" para desplegar tropas y "garantizar la seguridad interna" que han permitido recuperar "totalmente el control del Fuerte Paramacay". Cabello ha afirmado además que hay "absoluta normalidad en el resto de las unidades militares del país" y ha advertido de que, "quienes sueñan con lo contrario se estrellarán con la moral de la FANB". El vicepresidente del PSUV ha atribuido este levantamiento militar a "mercenarios" y lo cierto es que Caguaripano es una figura controvertida para 'chavismo' y oposición por su filiación de extrema derecha. Caguaripano fue expulsado en 2014 de la GNB por su apoyo al grupo ultraderechista La Salida, que busca desahuciar a Maduro del Palacio de Miraflores. Desde entoces, está en paradero desconocido. La Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora-- ha guardado silencio. El único en pronunciarse ha sido el líder estudiantil Juan Requesens: "hago un llamado a no actuar igual contra lo que nosotros estamos luchando". Venezuela vive una nueva crisis política desde el pasado marzo, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó dos sentencias para despojar a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición desde 2016, y a los diputados de sus poderes. Aunque el TSJ dio marcha atrás, en abril la MUD convocó protestas multitudinarias que se han repetido casi a diario en los últimos cuatro meses y que han sido duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad, lo que ha dejado un saldo de más de cien muertos y miles de detenidos. En respuesta, Maduro convocó una Asamblea Constituyente para restaurar la paz social. Este órgano constitucional, que se instaló el viernes, se sitúa por encima de los demás poderes del Estado y está formado solo por 'chavistas', lo que concede un poder absoluto al oficialismo. La MUD ha acusado a Maduro de romper el orden constitucional, algo que ha ratificado casi de forma unánime la comunidad internacional. Así, tanto los países latinoamericanos como Estados Unidos han adoptado sanciones y la UE sopesa hacer lo mismo.