BRASILIA, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los militares brasileños se han convertido de forma inusitada en uno de los sectores clave de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el 28 de octubre, en la que se enfrentarán el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Fernando Haddad.
Los integrantes de las Fuerzas Armadas no habían tenido tanto protagonismo desde la época de la dictadura militar (1964-1985). De hecho, debido a este trágico episodio, hasta ahora los políticos de toda índole habían evitado mostrar una excesiva cercanía a la institución castrense.
Bolsonaro ha cambiado esto por completo. Durante la campaña electoral para la primera vuelta declaró abiertamente que es un nostálgico de la dictadura militar y, ya en la recta final hacia el 28 de octubre, ha revelado que su eventual Gobierno contará con varios generales.
El presidente del Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro, Gustavo Bebianno, ha precisado este miércoles que la presencia militar en el Gabinete del líder de la extrema derecha no será una anécdota. Habrá "cuatro o cinco", ha afirmado, según informa el diario brasileño 'O Globo'.
Haddad, que tras la derrota del pasado domingo busca los apoyos necesarios para ganar en segunda vuelta, se ha reunido este mismo miércoles con el jefe del Ejército, Villas Boas. "Fue una buena conversación", ha dicho en declaraciones a los medios de comunicación recogidas por la Agencia Brasil.
El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) ha señalado incluso que está dispuesto a dialogar con los militares, a quienes ha confesado tener "aprecio".
Los dos candidatos están en una carrera a contrarreloj para incorporar a sus campañas a los candidatos que quedaron descartados en primera vuelta. De momento, el único que ha obtenido un respaldo claro ha sido Haddad, con el Partido Socialista Brasileño (PSB). El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el Partido Progresista (PP) y Novo se han declarado neutrales y han dado libertad de voto a sus seguidores.
Bolsonaro, un ex militar de 63 años de edad, fue el candidato más votado en la primera vuelta del 7 de octubre. Se quedó a tan solo cuatro puntos de conquistar el umbral del 50 por ciento de los votos que le habría catapultado directamente al Palacio de Planalto.