FRONTERA ENTRE MALÍ Y NÍGER 11 Jun. (Reuters/EP) -
Militares de las Fuerzas Armadas de Malí, Níger y de Francia se han sumado para lanzar una operación conjunta con el objetivo de perseguir y capturar a milicianos islamistas en territorio maliense y nigerino sin importar las fronteras.
En la frontera que separa a ambos países no existen vallas ni puestos de control, lo que dificulta los esfuerzos de coordinación de los países para lanzar una contraofensiva contra la rama local de Al Qaeda con el apoyo de las Fuerzas Armadas galas.
"Estamos precisamente en la línea que delimita la frontera", ha contado Eric, un capitán del Ejército galo que pertenece al destacamento Barjane y que está acompañado por militares de Níger y Malí.
"El objetivo es controlar la zona de tránsito para la población y contra los grupos armados", ha afirmado el oficial galo, que solo está autorizado a especificar su nombre y su rango castrense.
Tras la reunión del viernes, unos 40 militares galos han cruzado de Níger a Malí para continuar cumpliendo con la misión Siham, destinada a despejar la zona de milicianos de Al Qaeda. Las fuerzas militares locales permanecen a ambos lados de la frontera, por las limitaciones de la cooperación transfonteriza.
Los 800 kilómetros de frontera entre Níger y Malí, enmarcada en la región del Sahel, al norte del desierto del Sáhara, cuentan con poca presencia de las fuerzas de seguridad de uno y otro país.
Con escasos obstáculos naturales o fronteras visibles, esta zona representa un punto para que los milicianos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y del grupo escindido Al Morabitun establezcan las bases desde las que lanzan sus ataques en África Occidental, de ahí la importancia de este territorio.
Además de secuestrar a decenas de occidentales y de atacar unidades militares, los milicianos islamistas han sacudido la región con una serie de ataques contra objetivos civiles en Malí, Burkina Faso y Costa de Marfil.
Más al norte, Libia está marcada por el vacío de seguridad derivado de la crisis política y al sur está presente la amenaza del grupo terrorista islamista Boko Haram, asentado en el noreste de Nigeria y cuyo objetivo es imponer un régimen islámico en el país.
En este escenario, existen dudas por parte de los países occidentales sobre la capacidad de Malí y Níger para controlar un territorio que representa dos terceras partes de la Europa Occidental. Para solventar este problema, varios países africanos están coordinándose para mejorar la respuesta ante la amenaza de los milicianos islamistas en el Sahel.
Chad ha movilizado unos 2.000 militares en Níger para lanzar una contraofensiva contra Boko Haram, a propuesta del presidente nigerino, Mahamadou Issoufou, después de que el grupo terrorista se hiciera con el control de una localidad nigerina este sábado.
De forma similar, la operación Siham ha supuesto el despliegue de unos 1.300 militares de Malí y de Níger para realizar misiones de vigilancia y de detención de milicianos islamistas en la frontera entre ambos países. Los militares han recabado información de Inteligencia, han seguido a células terroristas y han encontrado supuestas bases de entrenamiento de milicianos, sin haber llegado a combatir.
"Gracias a la cooperación, estamos gestionando el control de esta zona que ha estado incontrolada por mucho tiempo", ha dicho Hamani, un capitán del Ejército nigerino que está desplegado con 80 militares bajo su mando. "Peron necesitamos una presencia mucho mayor sobre el terreno", ha añadido.
Tres días antes de la reunión de militares de Malí y Níger en la frontera, las tropas malienses revisaron la zona desértica de su lado de la frontera y llegaron a inspeccionar un campamento que encontraron. Finalmente, los militares comprobado que era "un campamento nómada". "Estamos tranquilos, ellos están tranquilos. Misión cumplida", ha contado otro oficial.