Ramid dice que España no cumplió "la buena vecindad" al "acoger" al líder del Polisario
MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Estado de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento, Mustafá Ramid, ha asegurado que España "sabía que el precio por subestimar a Marruecos es muy alto", en referencia a que el país no haya cumplido con "la buena vecindad" al "acoger" al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali.
"La recepción por parte de España del líder de las milicias separatistas del Polisario, bajo una identidad falsa, sin tener en cuenta las relaciones de buena vecindad que requieren coordinación y consulta, o al menos cuidando de informar a Marruecos, es un acto irresponsable y totalmente inaceptable", ha escrito Ramid en su perfil de Facebook.
La llegada a España de este líder ha podido ser el detonante de la llegada masiva de migrantes a la ciudad de Ceuta, ya que el Gobierno marroquí avisó hace una semana de que la acogida de Ghali en España por razones humanitarias podría tener consecuencias.
"¿Qué esperaba España de Marruecos al acoger al líder de una banda que se levantó en armas contra ella?", ha cuestionado el ministro marroquí, para preguntar también "qué habría perdido España si hubiera consultado a Marruecos sobre la acogida de este individuo" y "por qué España no anunció la presencia en su suelo del individuo en cuestión con su verdadera identidad".
Asimismo, ha indicado que no haber informado al Gobierno marroquí de la llegada de Ghali podría ser "una prueba de su conciencia (de España) de que el acto cometido es contrario a las buenas relaciones de vecindad". "¿Y si fuese Marruecos quién cometiese este acto?", ha agregado.
Ramid ha lamentado que España haya "preferido" su "relación con el Polisario y su mentor, Argelia", a su relación con Marruecos, que, como ha expresado el ministro, "ha sacrificado mucho en nombre de la buena vecindad", la cual "debería ser objeto de especial atención por parte de los dos vecinos".
Según Ramid, Marruecos está así en su "pleno derecho" de hacer saber a España la "magnitud de su sufrimiento en nombre de esta buena vecindad" y que no aceptará "ninguna subestimación", para que "revise su política y sus relaciones con su vecino y respete sus derechos como respeta los suyos".