MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Exteriores de Israel, Gabriel Ashkenazi, ha afirmado este martes que la anexión de zonas de Cisjordania por parte del país "no está en la agenda" y ha agregado que el foco está puesto en estos momentos en la lucha contra la pandemia de coronavirus.
Ashkenazi ha destacado en una entrevista concedida al diario israelí 'Yedioth Ahronoth' que la fecha del 1 de julio planteada por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para el inicio del proceso "no es sagrada". "Lo que es sagrado es Israel y su seguridad", ha explicado.
"Hemos mantenido nuestra posición, lo que no es un secreto. En estos momentos (la anexión) no está en la agenda, ya que estamos comprometidos con proteger la economía", ha explicado el titular de la cartera de Exteriores.
Por otra parte, ha dicho "entender" la oposición de los países de la Unión Europea (UE) a los planes israelíes, si bien ha argüido que "no es correcto que adopten una posición u otra hasta que sepan lo que ha decidido Israel".
"Entiendo la preocupación europea y creo que debe haber un diálogo que no dañe los acuerdos de paz. Es una pena que los palestinos se nieguen a acudir a la mesa de negociaciones. En general, el diálogo con la UE debe mejorar", ha zanjado.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, reiteró el 8 de julio su disposición a negociar la paz con Israel "en el marco de las normas legales internacionales", al tiempo que rechazó los planes de Israel para anexionar zonas de Cisjordania, incluido el valle del Jordán.
Netanyahu había adelantado que impulsaría la anexión a partir del 1 de julio, si bien la fecha ha pasado sin que el plan se haya concretado, en parte por las diferencias en el seno de su Gobierno y en medio de las presiones internacionales.
El primer ministro israelí ha insistido en varias ocasiones en que se trata de "una oportunidad histórica" para Israel de anexionar zonas de Cisjordania, a raíz del conocido como 'acuerdo del siglo', rechazado por la Autoridad Palestina.
El 'acuerdo del siglo' señala a Jerusalén como la capital "indivisible" de Israel, que retendría el control de las colonias judías y del valle del Jordán, mientras que Palestina tendría su capital en una zona de Jerusalén Este ubicada fuera de la barrera de seguridad instalada por Israel. Asimismo, niega el derecho al retorno a los refugiados palestinos.
Los planes han sido criticados por Naciones Unidas y los países de la región, mientras que el presidente de la Autoridad Palestina ha anunciado la ruptura de los acuerdos con Estados Unidos e Israel, incluidos los de seguridad.