EL CAIRO, 19 Oct. (Reuters/EP) -
El ministro de Exteriores de del Kurdistán iraquí, Falá Mustafá Bakir, ha asegurado este jueves que las autoridades de la región semiautónoma no buscan una guerra con el Ejército de Irak.
En una entrevista a la cadena de televisión CNN, Bakir ha recalcado la necesidad de un diálogo para alcanzar puntos en común, afirmando que la disputa no es sobre petróleo o una bandera, sino sobre el futuro de dos naciones.
Horas antes, un comandante de los peshmerga --las fuerzas de seguridad del Kurdistán iraquí-- anunció que se habían desplegado en los alrededores de la localidad de Kirkuk, según ha informado la cadena de televisión kurda Rudaw.
"Los valientes peshmerga están totalmente preparados. Igual que derrotamos a Estado Islámico, las Unidades de Movilización Popular --una coalición de milicias principalmente chiíes-- y los que las apoyan serán anulados", ha dicho Kamal Kirkuki, comandante del frente occidental de Kirkuk.
Kirkuki no ha desvelado cuándo podría empezar la ofensiva, afirmando que "el momento llegará". "La liberación de Kirkuk y todo el Kurdistán llegará, y saldremos victoriosos", ha remachado.
Los peshmerga se han replegado en estos días a las posiciones previas a junio de 2014, cuando el grupo yihadista Estado Islámico lanzó una ofensiva relámpago que le permitió hacerse con amplias zonas de Irak.
Las tropas del Gobierno central iraquí recuperaron el lunes el control de Kirkuk, poco después de que los peshmerga abandonaran la zona, en el marco de una serie de iniciativas emprendidas como represalia por la celebración del referéndum independentista del 25 de septiembre.
Los avances militares han seguido en estos últimos días, hasta el punto de que las fuerzas kurdas habrían renunciado ya a todas las áreas donde habían ganado influencia en estos últimos años. "Hemos retrocedido el reloj a 2014", ha afirmado un comandante militar iraquí en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
El territorio que controlaban hasta ahora los peshmerga queda oficialmente fuera de los límites del Gobierno Regional del Kurdistán, aunque se trata de zonas en disputa cuyo futuro sigue sin resolverse, a pesar de que teóricamente la Constitución establece un plan para que decidan si quieren inclinarse por Erbil o por Bagdad.
La ONU ha asegurado que los últimos movimientos militares han derivado en el desplazamiento de más de 61.000 iraquíes en sólo 48 horas, si bien la mayoría de estos desplazados ya habrían vuelto a sus casas a medida que la situación se ha normalizado y se ha contenido una posible escalada de tensiones.
Kirkuk ha estado en el centro de la crisis debido a que es un territorio rico en petróleo en disputa entre el Gobierno central y el de la región semiautónoma.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, afirmó la semana pasada que no aceptará ningún tipo de diálogo con la región semiautónoma si no hay antes una cancelación de los resultados del referéndum de independencia, que se saldó con una victoria del 'sí' con el 92 por ciento de los votos.
Previamente, el presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, dijo que estaba dispuesto a abrir un diálogo sin condiciones previas, durante un encuentro con el presidente del Parlamento de Irak, Salim al Jaburi.
El martes, el propio Barzani apeló a la "unidad" de la región y advirtió de que los resultados del referéndum independentista celebrado el 25 de septiembre no quedarán "inutilizados".
Por su parte, al Abadi aseguró que "el referéndum ha pasado y es ya historia", durante una comparecencia con motivo de la reunión semanal de su gabinete, según el portal local de noticias Iraqi News.
La región del Kurdistán iraquí, en el norte del país, es autónoma e independiente 'de facto' desde la guerra de Irak de 1991 y cuenta con su propio ejército, los peshmerga. Es una de las cuatro regiones históricas del Kurdistán junto con la región kurdo-siria (Rojava), el sureste de Turquía y el noroeste de Irán.