BEIRUT, 4 Jun. (Reuters/EP) -
El ministro de Interior libanés, Nohad Machnouk, ha prorrogado este jueves el mandato del jefe de sus fuerzas de seguridad sin lograr un acuerdo entre los partidos, lo que ha evitado un vacío en el puesto más importante del organismo pero ha desatado una disputa política.
Ante la falta de acuerdo, Machnuk ha decidido que prorrogará el mandato del general Ibrahim Basbus durante dos años más como jefe de las Fuerzas de Seguridad Interna de Líbano, cargo que debía abandonar este jueves.
"He firmado la prolongación del director general porque no tenemos la capacidad de elegir (a uno nuevo) con consenso político. Cuando seamos capaces de conseguirlo, naturalmente esta medida será anulada", ha asegurado el ministro. "No puedo afrontar los problemas del país sin unas Fuerzas de Seguridad Interna coherentes", ha agregado.
En cambio, el político cristiano y aliado de Hezbolá, Michel Aoun, quiere que el elegido para la vacante como 'número uno' en seguridad sea el brigada Shamel Roukoz, jefe de las fuerzas especiales del Ejército de Líbano y cuñado suyo.
El ministro de Exteriores, Gebran Bassil, y otro cuñado de Aoun han rechazado la decisión de Machnuk. "Rechazamos completamente cualquier decisión del gabinete hasta que el nombramiento del jefe de seguridad se resuelva", ha afirmado Bassil en una rueda de prensa televisada.
El Gobierno de Líbano ha visto cómo muchas de sus funciones han sido paralizadas a consecuencia de la guerra en Siria. Los políticos libaneses no han podido hasta la fecha tomar grandes decisiones, entre las que se encuentran las relativas a los organismos de seguridad.
Por ejemplo, algo que se tendría que haber debatido es quién ocupará el liderazgo de las Fuerzas Armadas cuando el mandato del general Jean Kajwaji termine en septiembre.
ENFRENTAMIENTOS INTERNOS
Machnuk forma parte del Movimiento Futuro, liderado por el político suní Saad al Hariri, un exprimer ministro que cuenta con el respaldo de Arabia Saudí. Hariri ha apoyado a los oponentes del presidente sirio, Bashar al Assad.
El Movimiento Futuro y sus aliados comparten poder en el Gobierno con grupos rivales, que incluyen a la milicia chií Hezbolá, la cual está respaldada por Irán, quien ha enviado soldados a Siria para ayudar a Al Assad en estos cuatro años de conflicto.
El Gobierno libanés, formado el año pasado con la aprobación tanto de Irán como de Arabia Saudí, se ha enfrentado incluso en la toma de decisiones más básicas, pero su existencia ha evitado un completo vacío del brazo ejecutivo.
La parálisis que sufre el Gobierno libanés se refleja claramente en el hecho de que, más de un año después desde que Michel Suleiman dejara el cargo de presidente, aún no hay acuerdo entre los partidos sobre quién debería reemplazarlo.