KAMPALA 17 Ene. (Reuters/EP) -
El ministro de Estado para Asuntos Exteriores de Uganda, Orkello Oryem, ha manifestado este martes que los antiguos rebeldes congoleños del Movimiento 23 de Marzo (23M), que residen en campos militares en Uganda desde que se produjo el desarme en 2013, no son bienvenidos y no suponen un problema que deba ser resuelto por el Gobierno ugandés.
Oryem ha expresado que no es de su incumbencia si los exrebeldes huyen de los campos y regresan a República Democrática del Congo (RDC). "Nunca les quisimos aquí, nunca les invitamos, ni siquiera son bienvenidos en Uganda", ha indicado.
"La responsabilidad del M23 es de Naciones Unidas y el Gobierno de RDC, no nuestra", ha añadido. Después de que el presidente congoleño, Joseph Kabila, anunciara que permanecería en el cargo a pesar de que su mandato finalizó en diciembre, las autoridades del país han registrado una serie de movimientos por parte de los rebeldes.
Las protestas ante la crisis política en RDC han levantado la tensión en el país, donde podría desencadenarse otra guerra civil. Oryem ha señalado que las autoridades de RDC podrían estar utilizando los presuntos movimientos de los rebeldes del M23 para desviar la atención de la crisis que atraviesa actualmente el país.
"El M23 no debería ser utilizado para desviar los asuntos de República Democrática del Congo a nivel doméstico", ha destacado el ministro. Los exrebeldes han estado viviendo en campos militares en Uganda desde que firmaron el acuerdo con el Gobierno congoleño en 2013.
Durante su etapa en activo, el M23 constituía uno de los grupos rebeldes armados más grandes del país y controlaba un gran número de territorios en el este del país.