La Autoridad Palestina y Hamás tildan de "provocación" la visita del ministro, miembro del ultraderechista Otzma Yehudit
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha visitado este jueves la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén con motivo de la fiesta del ayuno de la Tisha B'Av y para reclamar el "dominio" de Israel sobre el lugar.
"Este es el lugar más importante para el pueblo de Israel, donde tenemos que volver y mostrar nuestro dominio. En este día, en este lugar, siempre es importante recordar: todos somos hermanos. De derechas, de izquierdas, religiosos, laicos", ha declarado Ben Gvir en declaraciones recogidas por el diario israelí 'Yedioth Ahronoth'.
"Todos somos el mismo pueblo. Cuando un terrorista mira por la ventana, no distingue entre nosotros ni nos separa. La unidad es importante, el amor a Israel es importante", ha añadido el titular de la cartera de Seguridad Nacional. A pesar de que la visita se ha producido durante un periodo de grandes tensiones entre palestinos e israelíes, no se ha producido ningún incidente por el momento.
La visita de Ben Gvir --la tercera que realiza desde que es ministro-- ha sido condenada por el Ministerio de Exteriores palestino, que ha tildado de "fascista" al ministro israelí, antes de subrayar que "es una cobertura oficial a las continuas incursiones y los planes para judaizar la mezquita de Al Aqsa y cambiar la realidad histórica y legal".
Así, ha manifestado en un comunicado publicado en su página web que estos hechos "son parte integral del proceso de judaización de Jerusalén, de cambio de su identidad y de expulsión de sus dueños originales".
El Ministerio de Exteriores palestino ha indicado que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es "responsable total y directo" de esta "incursión provocativa" por parte de Ben Gvir, al tiempo que ha pedido "una intervención internacional urgente para proteger Jerusalén y sus lugares santos, especialmente la mezquita de Al Aqsa".
En este sentido, ha recalcado que se trata de "una grave escalada de la situación" y ha reclamado a Estados Unidos que "convierta sus palabras en acciones y fuerce a la potencia ocupante a poner fin a sus medidas unilaterales ilegales".
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha descrito lo sucedido como "una peligrosa escalada en la guerra religiosa lanzada por la ocupación contra Jerusalén y la sagrada mezquita de Al Aqsa".
El portavoz del grupo, Hazam Qasem, ha destacado en un comunicado publicado en su página web que "estas incursiones son una provocación a los sentimientos del pueblo palestino, la nación árabe e islámica y a los pueblos libres del mundo".
"Nuestro pueblo defenderá la identidad de la sagrada mezquita de Al Aqsa y preservará su identidad islámica y árabe, independientemente de los sacrificios, ya que la mezquita de Al Aqsa siempre ha sido el gatillo de las revoluciones y los levantamientos", ha recalcado.
A las críticas se ha sumado el Gobierno de Jordania, que ha advertido de "las peligrosas consecuencias de permitir la entrada de extremistas en la mezquita de Al Aqsa y la Explanada de las Mezquitas". "Estas prácticas provocativas tienen lugar bajo protección de la Policía de la ocupación israelí", ha criticado.
El portavoz del Ministerio de Exteriores jordano, Sinan al Majal, ha reiterado en un comunicado publicado en la red social Twitter que "es un paso provocativo" y "una violación flagrante" y ha hecho hincapié en que "Israel no tiene soberanía sobre el Jerusalén ocupado", en referencia a Jerusalén Este.
Por ello, ha cargado contra "las medidas unilaterales" y las "continuas violaciones del estatus legal e histórico en Jerusalén y sus lugares santos", antes de recordar que son las autoridades jordanas las que cuentan con autoridades para gestionar los asuntos en la Explanada de las Mezquitas.
El 'statu quo' en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente que visiten el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Jordania siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el "papel especial" de Jordania sobre "los lugares santos musulmanes en Jerusalén".