MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) ha condenado este martes la muerte de nueve civiles --entre ellos cuatro trabajadores de la misión-- y un militar en varios ataques perpetrados en el centro y el norte del país.
En un primer incidente, al menos cinco civiles --entre ellos un menor-- murieron y otros cuatro resultaron heridos a causa de la explosión de una mina antipersona al paso de un autobús en los alrededores de Ansongo (noreste).
Posteriormente, cuatro miembros del personal civil de la MINUSMA y un militar murieron en una emboscada en los alrededores de Mopti (centro). El Ejército maliense detalló que el objetivo era un vehículo que escoltaba al personal de la MINUSMA cuando circulaba entre las localidades de Konna y Doro.
Asimismo, otros tres militares resultaron heridos tras explotar una mina al paso de su vehículo en la localidad de Sumpi, situada en la provincia de Tombuctú (norte).
El vehículo era parte de la escolta del primer ministro del país, Abdulaye Idrissa Maiga, quien se encuentra realizando una visita al norte y el centro del país desde hace varios días. El ataque modificó su agenda para la jornada y ha llegado finalmente a Sumpi este martes.
El jefe de la MINUSMA, Mahamat Saleh Annadif, ha condenado unos ataques que ha descrito como "sin fe ni ley", agregando que "los enemigos de la paz son unos cobardes que no son capaces de aceptarse".
"Atacan con perfidia en la sombra de todos los ciudadanos decididos a vivir en paz en este grande y bello país. Atacan ciegamente contra los que viven aquí y contra las fuerzas malienses e internacionales que despliegan todos los medios para combatirles", ha manifestado.
"Nos enfrentamos a fanáticos drogados que no tienen nada de humano", ha subrayado Annadif, recalcando que "estos cobardes se esconden entre la población pacífica, se difuminan entre la masa antes de completar su tarea".
Así, ha pedido a la población que "denuncie a sus ejecutores y les expulse con la ayuda y el apoyo de las fuerzas nacionales e internacionales", recalcando que "la MINUSMA está determinada en su tarea e intensifica sus esfuerzos junto al pueblo maliense".
Por el momento, ningún grupo ha reclamado la autoría de los ataques. Diversos grupos armados han ejecutado en los últimos meses varios ataques en Malí, siendo uno de los más graves un atentado suicida ejecutado en enero por Al Murabitún contra una base militar de Gao, en el que murieron al menos 77 soldados y miembros de milicias firmantes del acuerdo de paz de 2015.
La inestabilidad afecta principalmente al norte del país, una región convulsa con presencia de tropas francesas desde la revuelta tuareg de 2013, que rápidamente fue secuestrada por grupos yihadistas, lo que provocó la intervención militar de París en su antigua colonia, si bien los ataques se han extendido al centro del país.
A principios de febrero, el G-5 del Sahel --integrado por Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger-- acordó formar una fuerza antiterrorista conjunta para hacer frente a la amenaza yihadista en la región.
Apenas unas semanas antes, la Autoridad de Liptako-Gourma, creada en 1970 por Níger, Burkina Faso y Malí, anunció su decisión de establecer una fuerza conjunta para hacer frente a la inseguridad en la zona fronteriza común.