MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
La misión de observación electoral de Naciones Unidas en Burundi ha afirmado este lunes que los comicios presidenciales celebrados la semana pasada en el país "no fueron inclusivos, libres ni creíbles", si bien ha reconocido que la jornada electoral fue "relativamente pacífica".
En su informe, ha detallado que "los ciudadanos de Burundi acudieron de forma pacífica a los centros de votación" y que "las actividades en los sitios electorales siguieron los procedimientos de forma expedita aunque de manera desorganizada".
Por otra parte, ha subrayado que durante la campaña "reinó un ambiente de profunda desconfianza entre los candidatos", al tiempo que ha recordado que "no se alcanzó un acuerdo sobre un calendario electoral consensuado".
La misión ha apuntado además que "las libertades de expresión, asamblea y asociación se vieron gravemente afectadas, aún cuando se las considera condiciones esenciales para el ejercicio efectivo del derecho al voto". Por último, ha dicho que "la libertad de los medios de comunicación fue gravemente restringida".
La Comisión Electoral de Burundi declaró el viernes al actual jefe del Estado, Pierre Nkurunziza, como ganador de las elecciones presidenciales tras unos comicios boicoteados por la oposición y origen de los mayores disturbios en el país de los últimos años.
Según los resultados anunciados por el jefe de la Comisión, Pierre Claver Ndayicariye, Nkurunziza obtuvo un 69,41 por ciento de los votos; una diferencia aplastante de más de 50 puntos porcentuales por delante de su rival, Agathon Rwasa (18,99 por ciento).
La intención de Nkurunziza de presentarse a un tercer mandato presidencial provocó una profunda crisis política. La oposición denunció que esta candidatura sería inconstitucional, ya que la Carta Magna prohíbe tres mandatos presidenciales consecutivos.
Sin embargo, Nkurunziza defendió que el primer mandato no fue obtenido a través de un proceso electoral, sino que fue investido por el Parlamento, que actuó como colegio electoral.
A pesar de las recomendaciones de aplazamiento lanzadas desde la Unión Africana, Estados Unidos y otras potencias occidentales, Nkurunziza siguió adelante con su intención de celebrar los comicios.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), casi 145.000 personas han huido de Burundi hacia Tanzania, República Democrática del Congo y también hacia Ruanda, país con el que comparten una mezcla étnica similar y que sufrió un genocidio en 1994 en el que 800.000 personas fueron asesinadas.