En su primera visita al país, la comisión pide a las nuevas autoridades cuidado extremo en la protección de pruebas y exhumación de fosas
MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre abusos a los Derechos Humanos en Siria ha lamentado que una enorme cantidad de pruebas materiales de la represión perpetrada durante más de una década por el régimen del expresidente sirio, Bashar al Assad, han quedado destruidas, robadas o dañadas de alguna manera.
Esta observación inicial es el resultado de las primeras horas de la visita sin precedentes efectuada este viernes al país por el equipo de esta comisión desde su constitución por el Consejo de la ONU para los DDHH en 2011 a fin de investigar estas vulneraciones desde el estallido de la primavera árabe en el país y durante la consiguiente guerra civil.
Un equipo de la comisión ha visitado antiguas cárceles y centros de detención, entre ellas la prisión de Sednaya y la de Far Falastin (la también conocida como la Rama 235 de la Inteligencia Militar), epicentros de la larga represión del depuesto régimen del expresidente sirio, Bashar al Assad, contra enemigos políticos y escenarios de torturas, ejecuciones, desapariciones forzadas y abusos de toda índole.
Los integrantes del equipo "han quedado consternados al ver que gran parte de las pruebas y documentos que podrían ayudar a las familias a descubrir el paradero de sus seres queridos desaparecidos o a servir de evidencia en futuros procesos de rendición de cuentas habían sido dañados, sustraídos o destruidos".
La comisión habla de "almacenes enteros de documentación" que han ardido hasta los cimientos, en torno a los cuales se reúnen las familias de los desparecidos para revisar la poca documentación que queda intacta.
Sin embargo, el equipo ha recibido informaciones de que existen "registros adicionales" salvados por las autoridades provisionales del país que encabeza el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham -- quienes han prometido colaborar con la comunidad internacional -- y otras organizaciones de la sociedad civil.
La comisión ha avisado de que las medidas que se adopten ahora, "por muy bienintencionadas que sean", pueden "complicar los esfuerzos futuros para identificar a las personas que se perdieron y dar un cierre a sus familias" no solo en la recopilación de documentos sino en las tareas de exhumación de las fosas comunes del país.
"Hay que tener el máximo cuidado para para proteger las fosas comunes y salvaguardar todos los documentos y pruebas en Siria", añade la comisión. El equipo propone además a las nuevas autoridades que constituyan una "unidad para dirigir y coordinar la protección y preservación de las fosas comunes, así como toda la documentación relevante, hasta que los expertos sirios e internacionales puedan examinarlas y exhumar los cuerpos y los restos, para proteger el derecho de las familias a la verdad".