MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) -
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha aplaudido este lunes el "progreso en el camino a la paz" en Afganistán, destacando el "regreso pacífico" al país del 'señor de la guerra' y líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar.
"La UNAMA apoya los esfuerzos del gobierno de unidad nacional de Afganistán para lograr la participación de todos los interesados en una paz igualitaria y a renunciar para siempre a la violencia", ha dicho en un comunicado.
Así, ha argumentado que "el acuerdo con Hezb-e-Islami demuestra la disposición del Gobierno afgano a buscar la paz con los elementos armados antigubernamentales", expresando su deseo de que el mismo sea aplicado y de que "otros actores armados se unan al proceso de paz".
"Un proceso de paz creíble debe seguir controlado y gestionado por afganos, que construirán juntos un futuro", ha dicho, resaltando qeu "tras décadas de guerra en Afganistán, la ONU considera positivos todos los pasos hacia la reconciliación, la paz inclusiva y el fin definitivo del conflicto".
Pese a ello, ha recordado la importancia de "los problemas relacionados con la justicia de transición", al tiempo que ha destacado "la importancia de respetar los Derechos Humanos".
Hekmatyar regresó recientemente a Afganistán, y el sábado y el domingo realizó dos comparecencias públicas --las primeras en 20 años-- para reclamar a los talibán que entreguen las armas y se unan al proceso de paz.
El domingo, Hekmatyar afirmó que la insurgencia del grupo es el motivo principal de la presencia de Estados Unidos en Afganistán.
Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.
Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.
Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.
Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.
Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.
Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.
El pasado 29 de septiembre, Hekmatyar y el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sellaron un acuerdo de paz, tras meses de negociaciones. Tras ello, el Gobierno reclamó a Naciones Unidas que levantara las sanciones impuestas al líder de Hezb-e-Islami.