La agencia de la ONU denuncia que en los países inmersos en conflictos el precio de los alimentos se encarece
MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
La comida es cada vez más un bien de lujo en algunos países, sobre todo en aquellos golpeados por conflictos o por la violencia y la inestabilidad económica, hasta el punto que el mismo plato de comida que en Nueva York costaría 1,2 dólares a una persona que vive en Sudán del Sur le costaría, en comparación, 348,36 dólares.
Así se desprende del segundo índice 'Contando los frijoles' publicado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con motivo del Día Mundial de la Alimentación en el que se analiza el coste en 52 países de un plato básico de comida como puede ser un sopa o un estofado de frijoles o lentejas, de arroz, además del agua y el combustible empleado para su cocinado.
El objetivo del índice, que asume una renta per cápita media idéntica para todo el mundo y calcula el porcentaje de la misma empleado por las personas para consumir una comida de 600 kilocalorías, es dar a los consumidores en los países ricos e industrializados el coste que ese mismo plato tendría si vivieran en esos 52 países en desarrollo.
"La comida asequible y las sociedades pacíficas van de la mano", subraya el director ejecutivo del PMA, David Beasley, lamentando que "millones de nuestros hermanos y hermanas no gozan de ninguna de las dos cosas". "La presencia de un conflicto casi constante hace casi imposible cocinar la comida más simple", subraya.
"Algunos de los datos en el índice de este año ilustran el coste real y personal del conflicto y el hambre", afirma Beasley, que defiende que "deberían sorprender y enfadar a todos". "Debemos hacer todo lo que está en nuestra mano para reducir el conflicto y reconstruir las economías, para que los mercados puedan florecer y las comunidades puedan prosperar", reclama el máximo responsable del PMA.
SUDÁN DEL SUR, A LA CABEZA
Como en la edición anterior, Sudán del Sur es el país en el que el plato de comida resulta más caro. El estado más joven del mundo vive sumido desde hace casi cinco años en una guerra civil que ha dejado a cerca del 60 por ciento de la población necesitada de ayuda humanitaria para sobrevivir. La situación no solo no ha mejorado, sino que el plato básico de comida se ha encarecido con respecto a 2017, cuando costaba 321,7 dólares, frente a los 348,36 actuales.
En segunda posición se sitúa el noreste de Nigeria, donde la insurgencia del grupo islamista Boko Haram ha dejado más de 2 millones de desplazados y donde la sequía y las lluvias también contribuyen a deteriorar la situación. Quienes viven en esta parte de Nigeria --muy alejada del dinamismo del sur y las zonas costeras del país-- necesitan 222,05 dólares para adquirir el plato básico de comida, que se ha encarecido con respecto a los 200,32 dólares de 2017.
La medalla de bronce en cuanto al coste del plato de comida se la lleva República Democrática del Congo (RDC), país sumido de forma constante en distintos conflictos en los dos últimos años. En el segundo mayor país del continente hay que pagar 79,46 dólares, lo cual es una mejoría, ya que hace un año el precio era de 82,10 dólares.
De los diez países con los precios más caros, seis se encuentran sumidos en un conflicto. A Sudán del Sur, el noreste de Nigeria y RDC le siguen Malaui (76,19 dólares); Yemen (62,37 dólares), país donde un tercio de la población está al borde de la hambruna; República Centroafricana (60,28 dólares), donde el conflicto ha dejado a la mitad de la población dependiente de la ayuda humanitaria; Mozambique (54,95 dólares); Haití (52,55 dólares); Gambia (44,44 dólares); Madagascar (40,62 dólares) y Siria (39,52 dólares).
En este último país, donde más de la mitad de la población se ha visto desplazada por casi ocho años de conflicto, los precios de los alimentos básicos han caído en el último año, algo que el PMA vincula con el avance de las fuerzas gubernamentales, que han arrebatado terreno a los rebeldes en distintos puntos del país, o que se ha podido acceder a zonas hasta ahora inaccesibles. En 2017, el precio del plato en la provincia de Deir Ezzor, en el sureste del país y reconquistada este año, era de 190,11 dólares.
PERÚ, EL PAÍS MÁS 'BARATO'
El listado de los 52 países lo cierra Perú, donde comprar el mismo plato que alguien que vive en el Empire State de Nueva York le costaría 3,44 dólares. Entre los diez países con los platos más asequibles no hay ninguno inmerso en una guerra, siendo la mayoría de ellos de la región de las Américas.
El 'top 10' de los países con el plato de frijoles más económico lo completan Laos (3,70 dólares); Jordania (3,89 dólares); Colombia (4,41 dólares); Guatemala (4,48 dólares); Bolivia (5,86 dólares); Egipto (5,91 dólares); Irán (6,51 dólares); Bangladesh (6,56 dólares); y El Salvador (6,86 dólares).
No obstante, pese a que el plato de comida básico pueda parecer más asequible, el PMA advierte de que en muchos de los casos en estos países existe una gran desigualdad, sobre todo en los países iberoamericanos, aunque se han hecho esfuerzos para reducir la pobreza y la malnutrición infantil.
El índice de este año, además de incluir a nuevos países, también permite comparar cómo ha evolucionado el precio del plato de frijoles en estos doce meses. En algunos de los países, ahora es más caro adquirir esa comida básica como es el caso de Nicaragua, donde los meses de protestas contra el presidente, Daniel Ortega, han pasado factura en el segundo país más pobre del continente por detrás de Haití. Así, lo que en 2017 costaba 13,08 dólares ahora cuesta 13,68 dólares.
También resulta más caro el plato básico de comida en Birmania, uno de los países menos desarrollados del mundo y donde uno de cada cuatro habitantes vive en la pobreza. El precio ha pasado de 14,61 dólares a 17,31 dólares en los últimos doce meses.
En otros países, por contra, los precios han caído. Tal es el caso de India (7,60 dólares frente a 9,25 dólares), Kenia (8,16 frente a 14,51); Palestina (9,80 frente a 12,19); Pakistán (11,90 frente a 15,86); Nepal (15,75 frente a 27,77) o Somalia, país inmerso en la violencia del grupo terrorista Al Shabaab, donde aún hay 1,5 millones de personas al borde de la hambruna (21,63 frente a 42,12).