DAKAR 28 Nov. (Reuters/EP) -
Prácticamente la mitad de la población de República Centroafricana -- más de dos millones de personas-- necesita con urgencia ayuda humanitaria a pesar de los esfuerzos del Gobierno y de la comunidad internacional por estabilizar el país, que tras la subida al poder en 2013 de los rebeldes islamistas seleka se ha visto sumido en la violencia.
En marzo de 2013, una alianza de grupos rebeldes musulmanes, liderada por Michel Djotodia, derrocó al Gobierno centroafricano, lo que provocó graves represalias por parte de la población y movimientos cristianos. A pesar de que el pasado mes de febrero se celebraron en el país elecciones democráticas con el objetivo de dar un paso hacia la reconciliación de ambas comunidades, los enfrentamientos siguen produciéndose de manera regular.
Desde el mes de septiembre han tenido lugar varios estallidos de violencia en distintas partes del país, que han dejado centenares de muertos y han provocado el desplazamiento de miles de centroafricanos, que se han visto forzados a abandonar sus hogares, de acuerdo con datos de Naciones Unidas.
Los combates y los continuos ataques que sufren las agencias humanitarias han acabado por restringir el reparto de ayuda humanitaria en el país, donde más de dos millones de personas pasan hambre cada día y son incapaces de cubrir sus necesidades más básicas.
"El esfuerzo humanitario es esencial en este tipo de situaciones, ya que puede salvar la vida de millones de personas que se encuentran entre los más desfavorecidos y olvidados de este planeta", ha declarado Fabrizio Hochschild, el coordinador humanitario de Naciones Unidas para República Centroafricana.
FALTA DE ASISTENCIA INTERNACIONAL
Naciones Unidas necesita alrededor de 400 millones de dólares para poder hacer frente a la crisis humanitaria en República Centroafricana el año que viene con su plan de emergencia, que tiene como objetivo proporcionar alimentos y agua potable a 1,6 millones de personas.
Los donantes internacionales le prometieron a las autoridades de la ONU alrededor de 2.000 millones de euros a largo plazo la semana pasada para lograr que el país se estabilice de forma definitiva y recupere su riqueza después de tres años de conflicto. En la actualidad, la estabilidad de la nación depende en gran medida de los más de 13.000 efectivos que la ONU tiene desplegados en suelo centroafricano.
Más de 400.000 personas se han convertido en desplazados internos dentro del país, y alrededor de medio millón de centroafricanos se han visto forzados a cruzar la frontera y buscar refugio en países como Chad, Camerún y República Democrática del Congo.
La semana pasada 85 miembros de la etnia fulani perdieron la vida a manos de milicianos en la ciudad de Bria, a 600 kilómetros de la capital del país, Bangui. La masacre ha sido uno de los peores episodios de violencia étnica en el país desde que Francia decidió retirar sus tropas el pasado mes de octubre, dejando en manos de la ONU la paz en la región.
"Tener más personal uniformado no es la solución", ha señalado Hochschild en una rueda de prensa en Ginebra. "Necesitamos diálogo político, necesitamos reconciliación, necesitamos desarrollo y necesitamos ayuda humanitaria", ha concluido.