MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
'Cocodrilo' Mnangagwa, el héroe de la independencia llamado a renovar Zimbabue
El flamante presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha prometido este viernes en su primer discurso como mandatario que su primera misión será la de estabilizar el país, retornar lentamente a la integración internacional y restaurar los principios democráticos deteriorados tras casi cuatro décadas del gobierno de Robert Mugabe, con la ratificación de que las próximas elecciones de 2018 tendrán lugar cuando estaba previsto.
"Basta de gobernar con discursos. Voy a aterrizar corriendo", ha declarado Mnangagwa ante una multitud congregada en el estado nacional de Harare. "No podemos cambiar el pasado, pero hay mucho que podemos conseguir hoy, sin olvidar lo que ha sucedido. Espero que lo pasado, pasado esté y que nos abracemos todos juntos para reconstruir este gran país que es Zimbabue", ha proclamado.
El nuevo mandatario ha tocado múltiples temas en un discurso donde ha llamado al fin de la corrupción y la vagancia en la administración pública -- "los días del absentismo se han terminado" -- y ha prometido la aplicación "de una justicia inmediata" contra quienes abusen de su poder en las instituciones públicas. "Tenemos que aspirar a ser un país limpio. ¡Los actos de corrupción deben terminar!", ha proclamado.
En lo tocante a las relaciones internacionales, Mnangagwa ha declarado que su país tiene intención de volver a ganarse la confianza de sus aliados regionales a través de una política de estabilización "con la incoporación de elementos de la economía de mercado", con objeto de "desarrollar una base firme encaminada a la creación y al desarrollo de empleos". Una prioridad, ha añadido, será la de recuperar la liquidez de las instituciones. "Vamos a entrar en este tema de cabeza", ha dicho.
"Vamos a comenzar un viaje de reconciliación con aquellos que nos han castigado con sanciones", ha declarado el presidente, quien ha prometido trabajar "por la paz y la seguridad dentro del marco de Naciones Unidas", con un espíritu conciliador, en el discurso recogido por el portal AllAfrica.
"No hay nación que pueda vivir en solitario dentro de este mundo globalizado. Cualquier diferencia existente con quienes nos sancionaron debería ser el camino de un nuevo principio", ha añadido el mandatario, antes de alertar de que, "si bien Zimbabue cumple sus deudas, sus recursos siguen siendo suyos".
"Serviré a todos, a cualquiera que considere a Zimbabue su hogar, y que llame a la paz incluso durante las próximas elecciones. La voz del pueblo", ha concluido, "es la voz de Dios".
Mnangagwa era vicepresidente del país hasta el pasado 6 de noviembre, cuando Mugabe le cesó acusándole de traición por querer sucederle. La medida fue vista como un intento de éste de allanar el camino para que la primera dama, Grace Mugabe, fuera quien la sucediera. La decisión del veterano dirigente no sentó bien en el Ejército, que amenazó con intervenir si el presidente no daba marcha atrás, cumpliendo con su amenaza el 14 de noviembre.
Desde entonces, los acontecimientos se sucedieron y Mugabe perdió el respaldo de los veteranos de guerra, uno de los pilares de su poder en sus 37 años de gobierno, que convocaron una multitudinaria marcha para reclamar su dimisión el sábado, y del ZANU-PF, que el domingo le cesó como líder de la formación, aupando al cargo a Mnangawa.
Ante la negativa de Mugabe a dimitir, cuando todos esperaban que lo hiciera en su discurso del domingo, el ZANU-PF inició un proceso de 'impeachment' en el Parlamento. Fue en medio del debate del mismo cuando se conoció la decisión de Mugabe de dimitir, tras 37 años en el poder.
Este era el último escollo que le quedaba por superar a Mnangagwa, que inmediatamene fue propuesto por ZANU-PF para ocupar la plaza vacante. 'Cocodrilo', como se le conoce popularmente, se ha convertido este 24 de noviembre en el segundo presidente en la historia del país.