Muchos de los candidatos reformistas y moderados han sido descalificados
BEIRUT, 25 Feb. (Reuters/EP) -
La Asamblea de Expertos de Irán, compuesta principalmente por clérigos de edad avanzada, no ha importado mucho durante años. La principal labor de este órgano es elegir al Líder Supremo de Irán, pero ese puesto no ha estado vacante desde 1989.
Pero esta vez es diferente. Dado el delicado estado de salud del actual líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, de 76 años, la Asamblea que se elegirá este viernes 26 de febrero para un mandato de ocho años es muy probable que elija a su sucesor, quien marcará el curso del país durante los años venideros.
El líder supremo es la máxima autoridad militar y judicial en el país y tiene amplios poderes sobre otras ramas de gobierno. Incluso el presidente, al que eligen directamente los iraníes, tiene menos autoridad.
Jamenei, un sucesor de línea dura del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeini, ha garantizado durante décadas que Teherán se mantenga hostil a Estados Unidos en política exterior y ha ralentizado la adopción de reformas culturales a nivel interno.
Las elecciones parlamentarias están convocadas para el mismo día, pero es el resultado de la elección a la Asamblea el que tendrá con toda probabilidad mayor impacto a largo plazo.
En términos de cifras, los partidarios de la línea dura con toda seguridad se situarán por delante. El Consejo de los Guardianes, un órgano de gobierno controlado por conservadores que se encarga de revisar la idoneidad de los candidatos, ya ha descalificado a 475 candidatos, muchos de los cuales serían moderados, dejando solo 161 para los 88 puestos en liza.
Entre los candidatos descalificados figuran las únicas 16 mujeres que buscaban ocupar un escaño en la Asamblea. Aunque la Constitución no prohíbe que las mujeres sean miembros, lo cierto es que la exigencia de experiencia en la ley islámica ha generado obstáculos para ellas.
EL NIETO DE JOMEINI, DESCALIFICADO
También figura el nieto de Jomeini, Hasán Jomeini, un carismático reformista bendecido con el potencial del nombre de su abuelo. En su caso, el Consejo cuestionó su cualificación religiosa para optar al cargo.
Pero la lista de los que sí han recibido luz verde para participar incluye a otros destacados moderados, en primer lugar el propio presidente, Hasán Rohani, quien goza de una gran popularidad tras ayudar a cerrar el acuerdo nuclear cerrado con las potencias el año pasado.
También es candidato uno de sus más influyentes predecesores, Alí Akbar Hashemí Rafsanyani, quien ya ocupa un escaño en la Asamblea y hará campaña para mantenerlo.
La semana pasada, Rohani publicó los nombres de 16 candidatos, incluido Rafsanyani, que integran un bloque al que han bautizado como 'Amigos de la Moderación', cuyo eslogan de campaña es "la moderación es el Islam".
Dentro de la asamblea, el bloque conservador mayoritaria estará probablemente liderado por clérigos radicales como Mohamad Taghi Mesbah-Yazdi, Ahmad Jannati y Mohamad Yazdi.
PAPEL DE LOS MODERADOS
Sin embargo, la minoría moderada todavía podría desempeñar un importante papel en la elección del próximo líder supremo. Cuando Jamenei fue elegido en 1989 tras la muerte de Jomeini, la decisión se adoptó solo tras una elaborada negociación entre bambalinas que fue más allá de un simple recuento de votos en la Asamblea.
Se discutió crear un consejo de liderazgo, antes de que un puñado de altos clérigos en la Asamblea, entre los que estaba Rafsanyani, impulsaran la nominación de Jamenei. Este no contaba con el rango religioso adecuado para ocupar el cargo en ese momento, así que se enmendó la Constitución para permitirle asumir el puesto. En la elección de su sucesor podría producirse una negociación similar.
"Los clérigos chiíes son realmente maestros del arte del pacto", comenta Hadi Ghaemi, director ejecutivo de la Campaña Internacional para los Derechos Humanos en Irán, una organización con sede en Estados Unidos que ha criticado la extensa descalificación de candidatos.
"Así que aunque es importante lo grande que sea tu facción en la Asamblea de Expertos, depende de quién es el carismático facilitador del acuerdo llegado el momento", añade.
El pasado diciembre, Rafsanyani rompió un tabú tras reconocer que se había formado un grupo dentro de la Asamblea para revisar posibles candidatos que pudieran reemplazar a Jamenei. La elección de su sucesor solo puede producirse como consecuencia de su defunción o si queda incapacitado para desempeñar su cargo.
CANDIDATOS DESCALIFICADOS
Los políticos moderados y otros se han quejado de la descalificación por parte del Consejo de los Guardianes de candidatos, argumentando que han inclinado la escena electoral a favor de los radicales.
El propio Rafsanyani criticó públicamente la descalificación de Hasán Jomeini, y 296 profesores universitarios de todo el país firmaron una carta de protesta a Rohani sobre las descalificaciones generalizadas tanto en las elecciones al Parlamento como a la Asamblea de Expertos.
Los conservadores consideran que las quejas no están fundadas y se deben a que los moderados se han dado cuenta de que no conseguirán una mayoría de escaños en la Asamblea.
"Los reformistas están más centrados en eliminar a Mesbah-Yazdi, Jannati y Yazdi de las elecciones que en ganar una mayoría", ha defendido Amir Mohebian, un estratega político conservador y analista que ha asesorado a destacados políticos del país, en referencia a los principales candidatos conservadores.
Sin embargo, los radicales también son conscientes de lo que se juegan. "Los radicales están muy inquietos por la sucesión y la futura dirección del país", explica Sanam Vakil, un experto en asuntos iraníes de Chatham House. "El objetivo del ala más radical es evitar ninguna liberalización social o política dentro del estado", añade.
Detrás de la decisión de la Asamblea también habrá otros grupos tratando de influenciar la decisión, ninguno más que la Guardia Revolucionaria, que ha ganado poder militar, político y económico bajo Jamenei y que querrá garantizar que no se ve amenazado por su sucesor.
"Hay poderes que son mayores y más importantes que están fuera de la Asamblea", destaca Saeed Leylaz, un analista político de Teherán que trabajó como asesor del expresidente Mohamed Jatamí, en referencia a la Guardia Revolucionaria. "Estos poderes tendrán más voz en quién se convierte en el próximo líder supremo que la propia Asamblea", opina.
Lo que queda por ver es si los moderados pueden negociar con una mayoría radical dentro de la Asamblea, o si los conservadores pueden consolidar su apoyo por un candidato. "Habrá una mayoría que se incline por una persona o un fuerte facilitador de un acuerdo que pueda incluso persuadir a sus oponentes", opina Ghaemi.