MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
El liberal Moon Jae In, del Partido Democrático de Corea del Sur, ha jurado este miércoles su cargo como nuevo presidente del país en una ceremonia que se ha celebrado incluso después de que oficialmente comenzara su presidencia el día después de las elecciones.
Los cinco años de mandato de Moon han arrancado a las 9.08 horas del miércoles, en el mismo instante en que la Comisión Nacional Electoral (CNE) ha confirmado su victoria en los comicios, con un 41,08 por ciento de los votos de los cerca de 33 millones de electores.
El hecho de que la presidencia de Moon haya empezado incluso antes de celebrar la ceremonia de investidura, responde a que su victoria es resultado de unas elecciones extraordinarias, convocadas para cubrir la vacante que dejó Park Geun Hye hace dos meses, cuando fue destituida del cargo por su presunta implicación en un importante escándalo de corrupción.
El nuevo presidente se ha hecho cargo de las Fuerzas Armadas y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur (JCS, por sus siglas en inglés), Lee Sun Jin, le ha indicado por teléfono que el Ejército surcoreano está preparado para contrarrestar las provocaciones de Corea del Norte, según ha recogido la agencia de noticias Yonhap.
En la ceremonia de investidura, Moon se ha comprometido a iniciar un nuevo período basado en la "unidad" y la "coexistencia" y a cumplir sus responsabilidades como "el presidente que se comunica con el pueblo". "De vez en cuando, celebraré conferencias en la plaza Gwanghwamun y compartiré el poder lo más que pueda", ha indicado.
En su discurso, el presidente ha prometido "volar a Washington inmediatamente si es necesario". "Iré a Pekín, y a Tokio también, y si se dan las condiciones, viajaré a Pyongyang", ha señalado. Corea del Norte y Corea del Sur están técnicamente en guerra, ya que solamente firmaron un armisticio para cesar indefinidamente las hostilidades después de enfrentarse entre 1950 y 1953.
"Mientras, negociaré seriamente con Estados Unidos y China una solución para el problema del THAAD", ha indicado, en referencia al Terminal de Defensa para Zonas de Alta Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), que ha provocado serios roces durante las últimas semanas, por un lado, con el Gobierno estadounidense por el coste del establecimiento del terminal y, por el otro, con el gigante asiático, reticente a la instalación de un sistema de defensa que apunta directamente a su territorio.