El nuevo presidente quiere fiscalizar en qué gastan sus asignaciones los diputados y que contraten a familiares
PARÍS, 8 May. (EUROPA PRESS) -
La "moralización de la vida pública" en Francia será "la base" de la acción que Emmanuel Macron emprenda una vez asuma como presidente de Francia el próximo domingo 14 de mayo. Así lo recalcó él mismo este domingo, tras imponerse con más de un 66 por ciento de los votos a la ultraderechista Marine Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales.
El nuevo mandatario, el más joven y el primero que no ha ocupado nunca un cargo electo, ha llegado hasta el Elíseo empujado en buena medida por su compromiso con una nueva política y por sus promesas de renovación, en un momento en que el hartazgo de los ciudadanos con los dos grandes partidos del país, los socialistas y Los Republicanos, ha quedado demostrado por la ausencia de sus candidatos en la segunda vuelta.
"La renovación de nuestra vida pública se impondrá a todos a partir de mañana. La moralización de nuestra vida pública, el reconocimiento del pluralismo serán desde el primer día la base de mi acción", aseguró este domingo Macron, que prometió trabajar "con humildad, dedicación y determinación".
Sin embargo, para empezar a introducir los cambios que ansía tendrá que esperar primero a asumir el cargo el próximo domingo y luego a la celebración de las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio que conformarán la nueva Asamblea Nacional.
Macron confía en poder obtener una mayoría parlamentaria en las elecciones que le permita sacar adelante sus medidas, incluida la "moralización de la vida pública", y por el momento los sondeos sitúan a ¡En Marcha! como la principal fuerza, pero teniendo en cuenta que las elecciones son a dos vueltas, podría encontrarse también con una cohabitación.
Hasta que se conozca el resultado, en el mes que queda hasta las elecciones, Macron tiene las manos prácticamente atadas, ya que la actual Asamblea Nacional no se encuentra en periodo de sesión, aunque su mandato expira oficialmente el 19 de junio.
Así, lo único que puede hacer es promulgar decretos sobre asuntos que no requieran una ley. En este sentido, por ejemplo, el mandatario saliente, François Hollande, aprobó un decreto en el intervalo entre su toma de posesión y las legislativas en 2012 para rebajarse a él y sus ministros un 30 por ciento el sueldo.
Pero lo que sí puede hacer, y de hecho tiene intención de llevar a cabo, es tener preparado el proyecto de ley sobre la "moralización de la vida pública", la condición impuesta por el centrista François Bayrou para apoyar a Macron en su andadura, con el fin de que la nueva Asamblea ya lo tenga en su poder para cuando asuma el 27 de junio y pueda comenzar a debatirlo cuanto antes.
¿QUÉ MEDIDAS INCLUYE?
A falta de que el proyecto de ley como tal se dé a conocer, Macron ha ido adelantando algunas pinceladas de los elementos que quiere que incluya esta renovación que quiere que se produzca de la vida política en Francia, principalmente en su programa electoral.
Una de las medidas clave es prohibir que los parlamentarios puedan ocupar una actividad de asesoría de forma paralela, algo que hasta ahora era posible si ya se venía ejerciendo dicha función antes de ser elegido. Este resquicio fue usado por el excandidato del centro-derecha al Elíseo, François Fillon, quien abrió una empresa de asesoría días antes de comenzar su mandato en 2012, recuerda 'Le Monde'.
Asimismo, Macron también quiere impedir que los parlamentarios, y también los ministros, puedan emplear a familiares, y exigir que no tengan antecedentes. Nuevamente, el escándalo vivido por Fillon durante la campaña electoral por los empleos ficticios de su mujer y sus hijos, a los que contrató como asistentes mientras era diputado y senador, se habría evitado. Como el ex primer ministro, son muchos los parlamentarios franceses que emplean a familiares.
Aquí entra otro aspecto que quiere atajar el nuevo presidente: la fiscalización de los ingresos y la jubilación de los parlamentarios. Actualmente, un diputado cobra 5.380 euros netos de salario base, a los que se suman una paga representativa de gastos de mandato (IRFM, por sus siglas en francés) de 5.372 euros para pagar sus gastos corrientes exenta de impuestos y un crédito con el que remunerar a sus colaboradores de 9.618 euros.
Los parlamentarios no tienen que justificar por ninguna vía el uso que hacen de este dinero. Frente a ello, Macron quiere que además de someter a impuestos estas cantidades, los diputados estén obligados a presentar fracturas de sus gastos, con el fin de fiscalizarlos.
Otro aspecto relativo a la remuneración de los diputados que el nuevo mandatario quiere cambiar es su jubilación, que tiene un régimen particular. Actualmente, su jubilación base es de 731 euros --frente a los 663 del régimen general-- y de media, los diputados perciben una jubilación neta de unos 2.700 euros al mes, mientras que los senadores pueden llegar hasta los 4.470 euros, según 'Le Monde'. Macron quiere acabar con este régimen especial.
Para introducir estos cambios en sus salarios y sus jubilaciones, el exministro de Economía va a necesitar el respaldo de la nueva Asamblea, pero está por ver si los diputados van a votar a favor de una medida que a todas luces les perjudica.
REDUCCIÓN DE LOS PARLAMENTARIOS Y PROPORCIONALIDAD
Por otra parte, Macron también quiere reducir el un tercio el número de senadores y diputados, que actualmente suman un total de 925, en aras de una mayor eficacia y transparencia. En este sentido, el presidente electo quiere acortar los procedimientos parlamentarios para sacar adelante las leyes, que actualmente deben ser examinadas dos veces por cada una de las cámaras.
Además, quiere introducir la paridad en las listas --algo que ha dicho que hará su movimiento ¡En Marcha! de cara a las legislativas-- y prohibir que se pueda estar más de tres mandatos consecutivos en el escaño. En esta línea, ha propuesto la modulación de la financiación de ls partidos en función de la renovación de sus candidatos.
Otro asunto, que sería clave en la vida política francesa en un futuro, es el compromiso que alcanzó Macron con Bayrou para introducir algún tipo de proporcionalidad en las elecciones legislativas. Actualmente, los diputados son elegidos a dos vueltas, lo que tiende a beneficiar a los grandes partidos. El nuevo presidente no ha incluido este punto en su programa y es una incógnita cuál será su propuesta en este sentido.