MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
Así ha sido el desayuno informativo completo con Lenín Moreno
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se ha declarado este viernes orgulloso de haber decepcionado a su antecesor en el cargo, Rafael Correa, a quien ha definido como un "matón que estaba "obsesionado" con la reelección.
"Si dice que le decepcioné, yo me alegro de haberle decepcionado", ha dicho Moreno en el Foro América organizado este viernes por Europa Press y Estudio de Comunicación con el patrocinio de Indra e Inypsa y la colaboración del Foro Empresarial de Madrid.
Moreno llegó al Palacio de Carondelet el 24 de mayo de 2017 con el apoyo de Correa, que le tuvo como vicepresidente durante gran parte de su mandato. Sin embargo, se fueron distanciando hasta reconocerse como rivales políticos.
El ahora presidente ha confesado que no se dedicó a vigilar la labor de Correa porque "pensaba que las cosas iban bien", centrándose en los temas sociales que le había encargado impulsar. "Él dijo que dejaba una mesa servida y, no señor, se llevaron hasta la mesa", ha ilustrado.
Moreno ha asegurado que cuando regresó de su cargo en Naciones Unidas como enviado especial de la Secretaría General para Discapacidad y Accesibilidad, ya en la recta final de la Administració Correa, el líder izquierdista había cambiado.
"Me encontré con una persona totalmente distinta. Estaba obsesionado con que se le reeligiera indefinidamente", ha asegurado. Incluso ha señalado que "se había convertido en una especie de matón de barrio, alguien que busca agredir" a quien piensa diferente.
Los ideólogos "jamás nos hablaron de que el socialismo eran crímenes, secuestros y esquilmar los recursos del Estado", ha reprochado. "¿Desde cuándo el socialismo es corrupción, es autoritarismo, es intolerancia, es irrespeto a los Derechos Humanos y es falta de libertad de expresión?", ha planteado.
Interrogado sobre si cree que Correa terminará sentado en el banquillo por los numerosos procesos penales que tiene abiertos por cargos que van desde la mala gestión económica al supuesto secuestro del opositor ecuatoriano Fernando Balda, se ha limitado a subrayar que en Ecuador la Justicia es independiente.
Tampoco ha querido comparar el caso de Correa, que reside en Bélgica, país natal de su mujer, y sopesa pedir asilo allí para evitar se detenido y extraditado a Ecuador, con el del ex presidente catalán Carles Puigdemont.
Moreno ha sostenido que Correa "está en su derecho de ejercer cualquier mecanismo para su defensa", lo cual incluye la protección internacional, si bien ha hecho un llamamiento a "los países hermanos" para que "no intervengan en la Justicia ecuatoriana ni la califiquen".
SIN REVOLUCIONES
Según Moreno, en ese momento el Gobierno derivó hacia el autoritarismo y la corrupción y polarizó por completo a la sociedad hasta el punto de que "hubo familiares y amigos que se distanciaron".
Todo ello, ha contado, generó un "enorme enfrentamiento social" que su Gobierno se ha propuesto enmendar a través de un diálogo nacional. "Lo primero que hice fue un llamado a la cordialidad, al reencuentro entre ecuatorianos", ha recordado.
Moreno ha destacado que en este diálogo nacional hubo más de 3.000 participantes procedentes de organizaciones de distinto signo. El mandatario latinoamericano ha subrayado que mantiene un "contacto permanente" con todas, también las que piensan distinto.
En este sentido, ha hecho una defensa de la diversidad, "de la diversidad de todo tipo, no solo política, sino social y otras", esgrimiendo que la pluralidad es "riqueza". Un mundo totalmente homogéneo, ha dicho, "sería invivible".
Moreno ha huido del término 'revolución', por considerar que "ha sido excesivamente manoseado, principalmente por los países de América Latina", donde "cada vez que se va a hacer un cambio se llama revolución", y ha optado por definir su política como "progresismo moderno", "que significa preferencia por los más débiles.
"Hemos asumido la situación con responsabilidad para solucionarla", ha señalado. Según Moreno, han comenzado a aplicar los "correctivos" necesarios para enderezar la economía sin renunciar a las políticas sociales. Todo con "absoluta transparencia" porque "en el anterior Gobierno se ocultaba todo".
El jefe de Gobierno ha asegurado que gracias a ello Ecuador ya está "saliendo del abismo" y, en concreto, ha destacado el papel de los empresarios e inversores, tanto ecuatorianos como extranjeros, con quienes ha "refrescado" relaciones. "La única forma de salir adelante es juntos", ha concluido.