Lenín Moreno
MARIANA BAZO / REUTERS
Actualizado: viernes, 10 marzo 2017 23:05


QUITO, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

Lenín Moreno, candidato oficialista, y Guillermo Lasso, aspirante opositor, han iniciado este viernes su campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrará el próximo 2 de abril para sustituir al carismático Rafael Correa tras una década en el poder.

Moreno ha elegido Quito, la capital ecuatoriana, como punto de partida. "Vamos a derrotar a la oligarquía en las urnas. La única forma de salvar a Ecuador es con los voto de los pobres", ha dicho en un encuentro ciudadano celebrado en un barrio popular.

Lasso, aunque es más fuerte en Guayaquil, feudo tradicional del conservadurismo, también ha apostado por Quito en este nuevo arranque de la campaña electoral. "Junto a ustedes seguimos el camino hacia el cambio" es su lema.

El representante de Alianza PAIS, el partido gobernante, se impuso en la primera vuelta del pasado 19 de febrero con un 39 por ciento de los votos, quedándose a apenas un punto de proclamarse vencedor sin necesidad de balotaje.

Lasso, que obtuvo un 28 por ciento de las papeletas, cuenta ahora con el respaldo de los partidos opositores que quedaron descartados para el 2 de abril, lo que vaticina una competición electoral más reñida que la del 19 de febrero.

Los últimos sondeos sobre intención de voto arrojan distintos escenarios. Cedatos sitúa a Lasso como presidente, mientras que las encuestas de Diagnóstico y CIS, publicadas por medios de comunicación estatales, dan ventaja a Moreno.

Moreno, que ha sido vicepresidente durante gran parte del mandato de Correa y ha ejercido de relator especial de la ONU para los derechos de los discapacitados, se presenta como con heredero de sus políticas, si bien ha prometido mejor la lucha contra la corrupción.

Lasso, ex presidente del Banco de Guayaquil, ha logrado cautivar a los ecuatorianos afectados por la crisis económica que ha reducido la red de bienestar social tejida durante la última década por Correa con su Revolución Ciudadana.

En su contra juega el fuerte rechazo que todavía genera en gran parte de la población por la crisis financiera de 1999, que obligó a miles de ecuatorianos a emigrar dejando atrás un país sumido en el desempleo y la inflación.

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