MADRID 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado la situación en la que viven miles de inmigrantes y refugiados que se encuentran atrapados bajo el frío de los Balcanes y Grecia en refugios que no están adaptados para el invierno, tras haber sido excluidos por las políticas europeas.
La falta de asistencia en estas zonas, agravada por las bajas temperaturas y la falta de preparación para el invierno pone en peligro la vida de miles de familias que buscan protección en Europa.
"Con el pacto entre la Unión Europea y Turquía y el cierre oficial de la ruta de los Balcanes, la UE ha decidido convertir a los países extracomunitarios en guardianes de sus fronteras, en un intento de frenar el flujo de quienes buscan protección huyendo de las zonas de conflicto más activas actualmente", ha señalado el coordinador de operaciones para los proyectos de migración y refugiados de MSF, Stefano Argenziano.
Más de 7.500 personas viven en asentamientos improvisados en Serbia, país que ha acordado con la Unión Europea albergar a un total de 6.000 refugiados, de los cuales sólo 3.140 viven en instalaciones adaptadas para el invierno. En Belgrado, cerca de 2.000 jóvenes, principalmente afganos, iraquíes, paquistaníes y sirios, duermen en edificios abandonados mientras las temperaturas alcanzan temperaturas gélidas de hasta 20 grados bajo cero.
"Varias personas ya han muerto de hipotermia en las fronteras de Serbia y Bulgaria. No podemos simplemente sentarnos y actualizar el número de personas que mueren en las peligrosas fronteras o son víctimas de violencia desde el cierre de la ruta de los Balcanes" ha asegurado el coordinador general de MSF en Serbia, Stephane Moissaing.
En las islas griegas, miles de personas siguen atrapadas en campos superpoblados y viven en frágiles tiendas de campaña. "Las autoridades griegas deben dejar de felicitarse por los logros humanitarios. Ninguna persona que busque protección, que huya de la guerra, la tortura y la violencia extrema debe ser abandonada en el frío invierno", ha asegurado el coordinador general de MSF en Grecia, Clement Perrin.