MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los casi 150.000 refugiados rohingyas que han escapado de la violencia en Birmania y han cruzado hacia Bangladesh necesitan asistencia médica y humanitaria de forma "urgente", según Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha advertido de una situación "aún peor" entre quienes siguen al otro lado de la frontera.
"Nuestros equipos no habían presenciado un desplazamiento de esta magnitud desde hace muchos años", ha explicado el coordinador general de MSF en Bangladesh, Pavlo Kolovos, después de que hayan llegado al menos 146.000 rohingya a territorio bangladeshí entre el 25 de agosto y el 6 de septiembre. Esta cifra se suma a los 75.000 refugiados que ya estaban en la zona.
Kolovos ha advertido de que "se trata de enormes flujos de personas que llegan sin nada en las manos, extremadamente traumatizados, y sin haber tenido acceso a atención médica desde hace mucho tiempo". "Algunas personas presentan heridas gravemente infectadas y estamos viendo a muchas mujeres con complicaciones obstétricas avanzadas", ha añadido en un comunicado.
Por este motivo, ha considerado "necesario" que se amplíen los programas de ayuda humanitaria para atender a los refugiados, "ya que los riesgos potenciales para su salud comienzan a ser extremadamente preocupantes".
La mayoría de los recién llegados se han instalado en asentamientos improvisados ya existentes o en campamentos gestionados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Sin embargo, también hay "muchas personas" en tres nuevos enclaves improvisados que han surgido tras la última ola de violencia, así como entre las comunidades locales de acogida.
"La situación más preocupante", en opinión de MSF, es la que afecta a miles de refugiados que están varados en 'tierra de nadie' en la frontera entre Birmania y Bangladesh. Kolovos ha señalado que "no tienen acceso a la asistencia sanitaria y no hay actores médicos disponibles o autorizados para dar respuesta a sus necesidades sobre el terreno".
TESTIMONIOS
Un padre de familia de 49 años ha relatado a la ONG cómo huyó a toda prisa de su casa junto a su familia. En la huída, su hijo resultó tiroteado, por lo que le llevó a un hospital de Bangladesh mientras dejaba al resto de familiares en un bosque de Birmania "a la intemperie", simplemente "escondidos".
"No he sabido nada de ellos desde hace días. No sé qué hacer, estoy desesperado", ha lamentado esta víctima que ha preferido no revelar su identidad.
MSF ha movilizado personal para atender a esta ola de refugiados y se ha marcado como una de las prioridades a corto plazo ampliar las campañas de vacunación contra el sarampión y otras enfermedades, ya que los niveles de cobertura en el estado birmano donde se ha disparado la violencia, Rajine, son "muy bajos".
Además, según Kolovos, "también se requieren más esfuerzos para combatir los altos niveles de desnutrición entre los rohingya que ya están en Bangladesh, así como entre aquellos que aún se encuentran en el estado de Rajine". Aunque ha habido una distribución limitada de alimentos, algunos refugiados sólo han recibido raciones de comida deshidratada y tienen muy poco acceso al agua potable.