MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
La ONG Médicos sin Fronteras ha avisado este viernes de que los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza han dejado "una enorme cohorte" de nuevos pacientes con heridas "físicas y psicológicas que tardarán mucho tiempo" en desaparecer.
Los ataques israelíes durante su confrontación con las milicias palestinas han dejado más de 250 muertos y casi 2.000 heridos en el enclave palestino. Por otro lado, en Israel, los cohetes y otros proyectiles disparados desde Gaza se cobraron 13 vidas, entre ellas la de un niño y un adolescente, e hirieron a más de 700 personas.
Los once días de bombardeos israelíes han deteriorado todavía más las infraestructuras básicas de Gaza. Según las estimaciones de la ONG, La mitad de las instalaciones eléctricas ya no funcionan, y más de una docena de estructuras médicas, incluido el laboratorio central para llevar a cabo pruebas de COVID-19 de la Franja, han resultado dañadas.
El hospital Al Awda, donde MSF gestiona una unidad quirúrgica, también sufrió daños tras el impacto de varios misiles cerca del mismo. La oficina logística y otras áreas del hospital resultaron dañadas y actualmente se está llevando a cabo una evaluación completa del alcance de los destrozos.
MSF tiene constancia además de que la población se enfrenta a "enormes dificultades para acceder a la atención médica y falta de servicios básicos y de productos de primera necesidad".
A las dificultades para alcanzar los centros médicos, se le añadió el hecho de que los stocks de medicamentos y de material médico comenzaron a agotarse, debido a la imposibilidad de hacer llegar suministros a la Franja durante los días que duraron los bombardeos. El paso de Erez, el principal punto de entrada de mercancías entre Israel y Gaza, permaneció cerrado durante diez días seguidos, lo que imposibilitó el envío de provisiones y de instrumental médico a las instalaciones que atendían a los heridos.
Los equipos de refuerzo de MSF pudieron finalmente acceder a Gaza el pasado 24 de mayo con elementos básicos y necesarios para atender a los heridos, como por ejemplo bolsas de sangre para hacer transfusiones. Sin embargo, a día de hoy, MSF denuncia que el envío de materiales y de personal médico a Gaza sigue siendo extremadamente complicado, lo que se une a las dificultades causadas por la escasez de artículos y de servicios básicos como agua, electricidad y combustible, algo que ya era habitual antes de que se produjeran los bombardeos.
"Gaza se encuentra en un estado de crisis humanitaria permanente debido al prolongado bloqueo económico. La escalada de violencia de las dos últimas semanas solo ha servido para agravar todavía más una situación que ya era de por sí catastrófica", afirma la coordinadora general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Helen Ottens-Patterson.
El alto el fuego ha traído una relativa calma durante la última semana, pero las dificultades que tendrá que atravesar toda esta gente para reconstruir todo lo que ha sido destruido y seguir adelante con sus vidas van a ser enormes", añade.
MSF recoge casos como el de Hani, de 26 años, cuya pierna quedó destrozada por los escombros, necesitará múltiples cirugías reconstructivas y plásticas antes de poder volver a caminar y probablemente tardará un tiempo en asimilar su nueva situación.
Mohammed, de 31 años, acababa de terminar una ronda de tratamiento para curar la infección ósea que tenía en su pierna y había conseguido ser dado de alta del hospital. Sin embargo, el aumento de los precios en las farmacias le impidió continuar con normalidad el tratamiento que le habían prescrito los médicos, por lo que ha tenido que volver a ingresar en un hospital.
Queda por ver la situación de la pandemia de coronavirus tras estos once días de ataques, aunque los pronósticos son aciagos. "En estos momentos no tenemos una visibilidad clara de la situación con respecto a la epidemia, ya que el único laboratorio donde se hacían las pruebas diagnósticas del coronavirus ha sido destruido, pero obviamente estamos preocupados ante la posibilidad de que se produzca un aumento de contagios", explica Tatiana Chiarella, responsable médica de MSF en Gaza.