La ONG afirma que el aumento de hospitalizaciones no tiene precedentes y lamenta que hay niños que "están muriendo"
MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado este miércoles de un aumento sin precedentes del ingreso de niños gravemente desnutridos en los centros médicos que apoya en el norte de Nigeria y ha afirmado que las hospitalizaciones han alcanzado cifras récord, con complicaciones que podrían ser mortales para estos menores.
Las cifras de ingresos duplican las del año pasado en algunas localidades, datos que se están registrando además antes del pico habitual de casos detectado anualmente en julio, cuando la cosecha anterior se ha consumido y todavía no se ha recogido la nueva.
"Hemos empezado a tratar a los pacientes en colchones en el suelo porque nuestras instalaciones están llenas. Los niños están muriendo", ha dicho el representante de MSF en Nigeria, Simba Tirima, quien ha destacado que "si no se toman medidas inmediatas, más vidas penderán de un hilo".
"Necesitamos la implicación de todo el mundo para salvar vidas y permitir que los niños del norte de Nigeria crezcan libres de la desnutrición y de sus desastrosas consecuencias a largo plazo", ha manifestado, por lo que MSF ha reclamado a Abuya, las organizaciones y los donantes que adopten medidas inmediatas para diagnosticar y tratar a los niños con desnutrición y que pongan en marcha iniciativas a largo plazo para abordar las causas subyacentes del problema.
En este sentido, Tirima ha subrayado que MSF "lleva dos años advirtiendo del agravamiento de la crisis de desnutrición" y ha sostenido que "la situación ya fue crítica en 2022 y 2023, pero en 2024 se perfila un panorama aún más sombrío". "No podemos seguir repitiendo estos escenarios catastróficos año tras año. ¿Qué hace falta para que se actúe?", se ha preguntado.
La organización ha detallado que el equipo médico de MSF en Maiduguri, la capital del estado de Borno (noreste), ingresó en abril a 1.250 niños gravemente desnutridos y con complicaciones, cifra que duplica la registrada durante es mes del año pasado. Por ello, la capacidad del centro tuvo que ampliarse y a finales de mayo acogía a 350 pacientes, muy por encima de las 200 camas designadas inicialmente para julio y agosto.
La situación fue similar en el hospital de Kafin Madaki, en el estado de Bauchi (noreste), donde durante el primer trimestre del año se registró un aumento del 188 por ciento del ingreso de niños con desnutrición grave en comparación con los primeros tres meses de 2023. En Zamfara (noroeste), los centros de Shinkafi y Zurmi han registrado hasta un 30 por ciento más de ingresos en abril en comparación con marzo, mientras que el de Talata Mafara registró un aumento del 20 por ciento en el mismo periodo.
MSF ha subrayado además que sus centros en Kano y Sokoto, capitales de los estados homónimos, registraron en abril aumentos del 75 y el cien por cien respectivamente, mientras que el centro de nutrición terapéutica del estado de Kebbi también documentó un aumento de más del 20 por ciento en los ingresos de pacientes hospitalizados entre marzo y abril.
De esta forma, ha lamentado que la respuesta internacional sea insuficiente y ha recordado que el llamamiento formulado en mayo por Naciones Unidas y Nigeria para recaudar 306 millones de dólares (cerca de 282 millones de euros) para la entrega de ayuda sigue sin recabar los apoyos necesarios, siendo además una cantidad insuficiente que ni siquiera cubre todas las zonas del norte del país africano.
"Estamos alarmados por la reducción de la ayuda en estos momentos críticos. Reducir el apoyo nutricional sólo a los niños gravemente desnutridos es como esperar a que un niño enferme gravemente para prestarle atención", ha reseñado Tirima.
"Instamos a los donantes y a las autoridades a aumentar urgentemente el apoyo a los enfoques curativos y preventivos, garantizando que todos los niños desnutridos reciban la atención que necesitan desesperadamente", ha insistido, en medio de una crisis provocada por la inseguridad alimentaria, la inflación, las insuficientes infraestructuras sanitarias, los problemas de seguridad y los brotes de enfermedades agravados por la baja cobertura vacunal.
Por último, la organización ha argumentado que la lucha contra la desnutrición en la zona requiere medidas preventivas y curativas y ha sostenido que la creación y refuerzo de centros y programas sanitarios para el diagnóstico y tratamiento de la desnutrición es algo necesario, así como reforzar los programas de vacunación, mejorar el acceso a alimentos nutritivos mediante iniciativas agrícolas, mejorar la situación del agua y el saneamiento y aumentar la concienciación entre la población.