Militares en un carro de combate del Ejército yemení en Taíz
ANES MAHYOUB / REUTERS
Actualizado: viernes, 15 julio 2016 18:18


LONDRES, 15 Jul. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este viernes que el sistema sanitario de Yemen se encuentra al borde del colapso tras más de un año de conflicto, con gente muriendo por falta de atención médica en zonas a las que ni siquiera han llegado los combates.

Antes de que el conflicto estallara en marzo de 2015, Yemen, uno de los países más pobres del mundo, dependía de los doctores extranjeros e importaba la mayoría de su material sanitario, así como la mayoría de su comida y petróleo.

Desde el comienzo del conflicto, las importaciones han descendido notoriamente, afectando a diversas áreas de la vida cotidiana del país.

"Aun donde no hay combates, la gente está muriendo por falta de material, porque todo el sistema se ha venido abajo a causa de la guerra", ha declarado la coordinadora de emergencias de MSF en Yemen, Karline Kleijer.

Los rebeldes huthis obligaron al Gobierno yemení a exiliarse en marzo de 2015, lo que llevó a Arabia Saudí a liderar una coalición para intervenir contra las milicias rebeldes a través de duros bombardeos y una ofensiva por tierra. Aprovechando el conflicto, Al Qaeda en la Península Arábiga ha logrado crecer en el lado este del país.

En abril se llegó a un frágil alto el fuego que ha supuesto un alivio en el conflicto pero que es habitual que no se respete y que surjan nuevos combates en el frente. La ciudad de Taiz, localizada en el oeste del país, es una de las más afectadas por la guerra debido a la intensidad de los combates.

Kleijer ha asegurado que en ciudades como Taiz el alto el fuego no supone ninguna diferencia y que aunque los bombardeos han disminuido, el combate por tierra se sucede cada día en el centro de la ciudad.

Alrededor de 1.700 personas de Taiz, en su mayoría civiles, han recibido atención médica de MSF entre marzo y mayo. En el tiempo que lleva activo, el conflicto ha costado la vida a más de 6.400 personas y ha desencadenado una crisis humanitaria severa.

De los 28 millones de habitantes que tiene Yemen, 21 millones necesitan ayuda humanitaria y más de la mitad de la población del país sufren malnutrición, según ha indicado la ONU.

La pérdida de trabajos y el aumento del precio de la comida ha provocado que muchos habitantes no dispongan de los recursos necesarios para pagar una atención sanitaria. Naciones Unidas ha alertado de que hay zonas de Yemen que se encuentran cercanas a sufrir una hambruna.

HOSPITALES CON ARMAS

La mayoría de los hospitales en Taiz han tenido que cerrar y actualmente en la ciudad solo hay cinco operativos. La mayoría de los pacientes llegan con heridas de guerra y los doctores se ven incapaces de tratar cualquier otro tipo de problema.

Es habitual que los combatientes heridos usen los hospitales civiles, lo que supone un riesgo para la seguridad. "Cuando hay 20 hombres armados que vienen del frente y están asustados, enfadados, llenos de adrenalina... como doctor o profesional médico eso no te hace sentir muy seguro", ha asegurado Kleijer.

La representante de MSF además ha indicado que cuando fallece un combatiente es habitual que los compañeros de éste culpen al médico por no haber hecho suficiente para impedir su muerte.

Médicos Sin Fronteras no permite que entre ningún tipo de arma en los centros médicos que instalan. La prohibición suele ser respetada por los combatientes pero aun así las armas siguen siendo una amenaza.

MUCHOS MORIRÁN POR ENFERMEDADES PREVENIBLES

MSF además ha alertado que, aun lejos de las zonas de combate, muchas personas con enfermedades crónicas como diabetes, asma o hipertensión, pueden morir por la falta de atención médica.

El Ministerio de Salud sigue pagando los salarios a los profesionales que trabajan en las instalaciones médicas del Gobierno, pero los recursos económicos de los que dispone son muy bajos y provocará que muchos centros tengan que cerrar.

"El sistema médico de Yemen está cada vez peor. Esto es un problema porque los pocos sistemas que funcionaban están llegando a su fin", ha asegurado Kleijer.

MSF ha ayudado a financiar varias unidades de diálisis que mantienen vivos a 650 pacientes, pero la organización ha lamentado que no podrán permitirse abastecer los centros durante mucho más tiempo y que si no se encuentran donantes, los pacientes morirán.

"Hay muchas enfermedades, pero la mayoría no supondrían un problema en sistemas que funcionan correctamente", ha añadido Kleijer.

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